TLta ciencia y la tecnología se han convertido en un hecho cotidiano y casi todos escuchamos "palabros técnicos" que no entendemos, pero lo damos como habituales en los tiempos que corren. Y todos estamos habituados a un aparataje sofisticadísimo en todos los órdenes de la vida, hogar, trabajo, educación o simplemente ocio, y que no nos explicamos cómo hemos podido vivir sin estos artilugios que parecen hacernos cómoda nuestra existencia. Véase el móvil, ordenador, internet, tablet, microondas, u otros muchos aparatos que ya son parte de nosotros.

Y cómo no, en la gastronomía también ha entrado la ciencia y la técnica. Y un ejemplo lo tenemos con la irrupción de la cocina moderna que ha convertido una cocina en un laboratorio. Es fácil encontrar en la cocina un termómetro de sonda, un evaporizador de aceite, un robot de cocina, emulsionadora, batidora, heladora, etc. Pero la ciencia y la tecnología no solo está presente en el aparataje, también en la técnicas de cocinado y en los nuevos productos que van apareciendo.

Podría decir que lo último que ha salido ha sido la hamburguesa de células madre de vaca del científico holandés Mark Post , de la Universidad de Maastricht, pero pienso que es una nueva forma de aplicar la tecnología, que solo es lo que se dice, una probatura, y nada más, por mucho que pensemos que puede ser la puerta para la producción de alimentos, aún está muy lejos ese hecho, teniendo en cuenta que la sola producción de un hamburguesa ha tenido un coste de 320.000 dólares.

XESTO SOLOx es una floritura gastronómica donde la publicidad y el orgullo como científico son mayores que el logro real. Pues una hamburguesa de carne de vaca debe tener todas las propiedades organolépticas que se le piden a un buen alimento, ya que no solo hay que alimentarse sino también satisfacer los sentidos con lo que se come, y en este caso no es así. Se tardará mucho tiempo para conseguir artificialmente un alimento, que suministre a la vez principios inmediatos y el placer de los sentidos, eso solo sucede hoy día y a lo largo de la historia del hombre con la paciencia de cría a los animales, alimentarlos y darle un buen bienestar animal que repercute directamente en la calidad de su carne.

Así pues, lo de la hamburguesa de células madre viene a ser como la gastronomía de las películas de ciencia-ficción, como sucede con el pan-galactic Gargle Blaster o la cerveza Dharma de 'Perdidos', o la impresión tridimensional de una chuleta de la empresa Modern Meadow.

Uno, que es más tradicional y que ve a la gastronomía como el único placer que nos queda a muchos, desea que una buena hamburguesa o un buen chuletón sea criado por el ternero en nuestras dehesas y que vaya al plato previamente con una vuelta y vuelta y sal en escamas y de acompañamiento un buen vino o una fría cerveza.