Las Hurdes, después de Buñuel

Las Hurdes se mira, 80 años después, en el espejo de Buñuel. Coincidiendo con el aniversario del estreno del polémico documental Tierra sin pan , la comarca cacereña acogerá en la Hospedería Hurdes Reales de Las Mestas los próximos 4 y 5 de octubre unas jornadas de alcance nacional en las que escritores, cineastas, críticos y otros expertos en literatura o márketing analizarán la transformación de la comarca y el giro en la calidad de vida de sus gentes desde entonces. Se trata de destacar lo positivo del filme de Luis Buñuel y aprovechar la polémica que generó su proyección en 1933 para hablar abiertamente de lo que el cineasta aragonés y su obra supusieron para la comarca, entonces asolada por el hambre, la enfermedad y la pobreza. Pero los especialistas no solo abordarán la aportación de Buñuel, sino la suma de todos los elementos que han contribuido al desarrollo de Las Hurdes y sin los que hoy, no podría entenderse como es.

Luis Buñuel rodó Las Hurdes, tierra sin pan en 1932 para denunciar el olvido en el que permanecían sus habitantes pese a que 10 años antes, constatadas las deplorables condiciones de enfermedad, miseria y analfabetismo en las que subsistían, se creó una comisión nacional y se inició una campaña de sensibilización con la implicación de varios intelectuales (entre ellos Miguel de Unamuno y Gregorio Marañón). El propio rey Alfonso XIII visitó después la comarca en compañía del ministro de Gobernación, Severiano Martínez Anido, y Marañón entre otros personajes, y varios periodistas madrileños. "Eran españoles como los demás, de la misma raza, con las mismas costumbres, la misma religión y la misma lengua; pero más hambrientos que los de las más pobres aldeas castellanas y además, enfermos en su casi totalidad. Las Hurdes eran un inmenso repliegue montañoso habitado por gentes que parecían escapadas a medio curar de un hospital", escribió Marañón sobre el viaje en sus memorias.

A pesar de la buena voluntad, poco o nada cambió en la zona y las transformaciones fueron lentas. Tanto, que la crudeza que Buñuel plasmó con la cámara 10 años después, fue censurada por el Gobierno de la II República tras el estreno del filme en 1933. Finalmente, en 1988 Las Hurdes volvía a llamar la atención de toda España con la visita de Juan Carlos I y Doña Sofía, que repitieron la ruta del abuelo del Rey para constatar que ya solo la belleza destacaba entre tan agreste paisaje.

80 años después

Las jornadas, tituladas 'Las Hurdes después de Buñuel', intentan aprovechar lo polémico del documental para abordar la transformación de la comarca. El director del proyecto, Jesús María Santos, explicó ayer que el taller trata de responder a varios interrogantes basados en la situación actual de la zona y el modo de mejorarla, hasta el punto de ser conocida por su riqueza natural.

"Para entender las Hurdes hace falta Buñuel, y es preciso sumar todas las historias que se han contado de ella", indicó. Así, también se abordarán los valores que otras disciplinas como la literatura, las leyendas o los relatos han aportado al modo de vida hurdano. Fernando Lara, crítico de cine; Carlos Barbánchano, biógrafo de Buñuel, y los cuatro directores de las Filmotecas directamente afectadas por el documental (la española, la extremeña, la de Castilla y León y la de Zaragoza) serán algunos de los que aporten sus reflexiones en las jornadas, que se organizan en colaboración con la Mancomunidad de Las Hurdes, el grupo de acción local Adic-Hurdes y la Junta.