Extremadura presiona al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, para que no avance en la tramitación de la ley del aborto. Sin sorpresas de última hora y con un espectáculo que los propios grupos parlamentarios situaron después entre el circo y el esperpento, un Parlamento dividido aprobó ayer mediante votación secreta las dos propuestas que estaban sobre la mesa para pedir al Gobierno central la paralización de la Ley de Protección de la Vida del Concebido y los Derechos de la Embarazada: la del PP, que apuesta por abrir un proceso de diálogo para alcanzar el mayor grado posible de consenso con el resto de fuerzas políticas sobre el tema, y la del PSOE, que aboga por seguir aplicando ley de plazos aprobada en el año 2010.

Tras terminar sin acuerdo las conversaciones de los últimos días y el intento fallido de aprobar una declaración institucional consensuada en el pleno del 15 de enero --decayó tras producirse en la votación, también secreta, tres empates tras la expulsión del diputado socialista Antonio Rodríguez Osuna--, las propuestas de los dos partidos mayoritarios salieron adelante gracias al apoyo de IU (votó a favor de ambas) y el Prex-Crex, que secundó al PSOE y se abstuvo en la votación popular, además de negarse a participar en el debate al considerar que se estaba vulnerando el Reglamento por tratar el mismo asunto dos veces a lorago de un periodo de sesiones.

El consenso fue "imposible": para el PP por los intereses electoralistas y partidistas del PSOE y para los socialistas porque simplemente, ambas fuerzas piensan diferente sobre el aborto. El principal escollo, la ley de plazos del 2010 que los populares recurrieron en el Tribunal Constitucional y que los socialistas defienden por considerar que ya se elaboró con un alto grado de consenso político y social.

El portavoz del Grupo Popular, Miguel Cantero, se congratuló porque la propuesta de su grupo saliera adelante y consideró su aprobación como "un ejemplo vivo" de lo que el PP regional viene reclamando, que según vaticinó llevará a conformar un texto en el que la mayoría de los extremeños se vean reflejados. Cantero se refirió a los intereses "partidistas y electoralistas" del PSOE a la hora de sustentar la cuestión y criticó que la votación secreta que pidió el PP se viera "truncada" porque según el portavoz, la dirección del Grupo Socialista exigió a los diputados que mostraran su papeleta antes de depositarla en la urna.

"Entendemos que en el PSOE hay quien no apoya la tesis que ahora se defiende y queríamos darles libertad para que se expresaran", afirmó. Sin embargo, no solo los socialistas se pronunciaron abiertamente sobre el sentido de su voto, también IU y el Prex-Crex lo hicieron. De hecho, toda la oposición pidió pronunciarse nominalmente tras pedir el PP el voto secreto y al no permitirlo el Reglamento, decidieron mostrar al público sus papeletas marcadas.

FALSO CONSENSO Tras finalizar el debate --ambas iniciativas se votaron por separado pero se defendieron juntas, con el presidente de la Junta, José Antonio Monago, prácticamente ausente--, el líder del PSOE, Guillermo Fernández Vara, recordó que Monago, ya votó en contra de la ley de plazos en 2010 cuando era senador y advirtió que no ha cambiado su postura sobre el aborto desde entonces. "Todo es teatro, pero del malo", apuntó Vara, que asegura que la intención del PP al invitar al falso consenso es evitar que se hable de los verdaderos problemas de Extremadura, como el desempleo. El socialista ha enmarcado además el pronunciamiento del PP en contra del aborto en la "política de marketing" que sigue el Ejecutivo regional y ha vaticinado que el Gobierno central no tendrá en cuenta las reivindicaciones extremeñas.

Desde IU, Pedro Escobar lamentó "la situación esperpéntica" vivida en el Parlamento por la incapacidad de PSOE e IU para llegar a acuerdos y explicó que la votación de su grupo a favor de las dos iniciativas se debe a que en el fondo ambas tienen el mismo desarrollo: la paralización de la ley de Gallardón. "Era importante que desde Extremadura dijéramos que esta ley no nos gusta", apuntó Escobar, que al igual que Víctor Casco desde la tribuna, señaló que uno de los objetivos al votar que sí era contribuir al "fraccionamiento" del PP en relación a la ley del aborto, aunque la del 2010 también sea insuficiente para IU.