No llega ni a los quince años, pero ya puede comprar alcohol, votar en las elecciones, conducir un coche y asumir penas de cárcel si comete un delito. Está nervioso y emocionado. Cumple los catorce mañana. Ha tenido que esperar cuatro años para celebrar su aniversario. Manuel Gamero se desvanece de los calendarios durante tres años, y este lunes, como si de arte de magia se tratara, vuelve a tener el espacio que merece entre los afortunados que sí figuran el resto del año. El pacense tiene en su poder sin quererlo la fórmula de la eterna juventud. Nació en 1960 y sigue siendo un adolescente. ¿La fecha? Un 29 de febrero. Un día maldito para muchos y motivo de alegría para otros.

Para el pacense no supone ningún problema. Si no existe, el vecino de Oliva de la Frontera lo celebra el 1 de marzo. "Después del 28 de febrero va el 29 y si no existe, pues lo celebro en marzo", apostilla con seguridad. Aún así, reconoce que le hace especial ilusión que la fecha de su nacimiento figure de forma oficial en su calendario este año. Trabaja el lunes, así que no lo celebrará con grandes artificios. "Una tarta, unas tapas y unas copas" propone como plan y sus invitados, la familia y los amigos. El mismo día lo celebra la cacereña Luisa Trujillo durante los tres años que su aniversario se borra del mapa. Ella cumple ocho reales --treinta y dos-- y, curiosamente, durante la fiesta de su aniversario --ficticio-- en marzo del año pasado celebró su fiesta de pedida de matrimonio, así que este año celebra por partida doble. La dependienta de la floristería reconoce que se casará siendo menor de edad, un hecho de calendario que a efectos prácticos no tendrá consecuencias de ningún tipo. También en Cáceres y el mismo día nació Sandra Caldera. Aunque ella lo hizo tres años después --doce con las cuentas reales--, casi una generación para los que no son 'bisiestos' más tarde. Es más avispada que el resto y aprovecha el limbo que le ofrece la ausencia de 29 de febrero para celebrar durante dos días. "Si no existe, celebro antes y después", asevera. Eso sí, corrobora que aunque sople velas por partida doble no recibe regalos por duplicado. "Me reparten los regalos en dos días", añade la joven cacereña. Curiosamente, parece que este año saldrá perdiendo porque la fecha que firma su documento de identidad por fin reaparece tras tres años oculta y le obligará a fijar un día.

"NO SE LO CREEN" El único de los cuatro 'bisiestos' extremeños que relatan su experiencia a este diario y que celebra este lunes la mayoría de edad es Eduardo Molina. Nació en 1944 y, tras siete años jubilado, organiza una fiesta en Badajoz para anunciar que ya tiene los 18. Y al contrario que sus análogos de nacimiento, él lo celebra el último día de febrero "porque él nació en febrero". El pacense relata con gracia que tras una vida laboral dedicada a la conducción, por fin este lunes podrá tener permiso legal para conducir.

A pesar de las diferencias de fechas que eligen todos para suplir la carencia de su número en el resto de los febreros, todos comparten una realidad común. "Los que no te conocen, no se lo creen cuando se lo cuentas", asevera Molina. Otro punto que comparten son las bromas continuas a las que les someten amigos y familiares. Desde un "no puedes entrar en la discoteca porque eres menor" de Sandra al "si todavía eres un niño" que le comentan conocidos a Manuel Gamero. También los hay quienes aprovechan para quitarse años de encima, como Luisa, que asegura que "chulea" de edad frente a los hijos de sus amigas. La clave está en tomarlo con filosofía. Incluso cuando es la propia administración quien asevera que no existes. "En alguna ocasión he intentado registrarme en una web y los años bisiestos si te da la opción para poner tu fecha de nacimiento pero los tres años restantes, no hay esa posibilidad", apostilla Luisa quien, como solución, opta por el final de febrero o el inicio de marzo para rellenar el espacio.

"SOMOS ESPECIALES Aparte de recibir las mofas de sus amigos y compañeros de fatigas, los cuatro coinciden en que su aniversario les concede un carácter "especial". "Somos jóvenes eternos, somos afortunados", apunta Luisa. "Somos únicos", asevera Manuel quien llega a apostillar que "creo que tenemos algo especial en todos los sentidos, tenemos otra manera de pensar".

No se conocen entre ellos pero los cuatro extremeños forman parte de la treintena de bisiestos que hay repartidos por Extremadura, según los cálculos del Instituto Extremeño de Estadística --las cifras entre nacidos ese día y habitantes que nacieron ese día recogidos en el censo se mantienen constantes en los últimos años--. Los extremeños representan una mínima parte de los casi 30.000 bisiestos que hay en España y los informes calculan que alrededor de 5.000.000 personas nacidas el 29 de febrero viven en el mundo. Entre las curiosidades que desvela el informe facilitado por el Instituto de Estadística Extremeño a este diario revela que en 1920, primera fecha de registro que recoge el estudio, solo había un bisiesto viviendo en Extremadura. Una región entera para un joven eterno.