Si se hablara de que la diabetes o los problemas cardiacos que afectarán a una persona en la edad adulta se pueden detectar a una edad temprana, ¿qué padre no acudiría a una consulta? "Pues esto ocurre con muchos transtornos mentales graves", dice Enrique Goenaga, responsable de la unidad Infanto-Juvenil de Salud Mental de Cáceres y uno de los tres psiquiatras infantiles que trabajan en el sistema público extremeño (los otros dos son los responsables de las unidades de Badajoz y Plasencia). La mayoría ya dan signos de alerta antes de los 14 años y hay un sinfín de transtornos de distinta consideración que se pueden acotar con la intervención adecuada. "Hacen falta más medios", reivindica el psiquiatra. Por su consulta pasaron el año pasado más de 1.200 niños, pero no llegan a todos, por eso reclama "apostar por la salud mental infanto juvenil".

Ansiedad por separación, déficit de atención, de aprendizaje... son algunas de las consultas que llegan en el caso de los niños más pequeños, pero también los nuevos transtornos, ligados al uso de las nuevas tecnologías (adicción al móvil, a internet...). "Primero les ve el psicólogo", dice. La medicación en el caso de los niños no es lo habitual --"hay que pensárselo mucho"-- y sí se planifica la intervención en el colegio o con la familia en función de tipo de problema.

Antes se hablaba de niños "revoltosos, que iban mal en clase y se les sacaba al pasillo o se les mandaba a hablar con el director". Pero hoy "se sabe que hay un transtorno del déficit de atención, que afecta a niños que son incapaces de controlar esos impulsos", explica el psiquiatra que lamenta que muchos de estos casos no acaban en la consulta hasta muchos años después.

Estigma

"Hay niños que sufren durante años", incide el facultativo, que reconoce que queda un largo camino, aunque comienza a haber cambios. "Los pediatras están cada vez más sensibilizados con los problemas de salud mental infanto juvenil", dice Goenaga que valora que crezca la sensibilización "porque la salud mental es la Cenicienta del sistema sanitario y la salud mental infanto juvenil es la Cenicienta de la Cenicienta", resume.

Llegar a un diagnóstico en edades tempranas requiere en ocasiones de una intervención muy meticulosa. "Muchas veces se tarda en realizar porque los padres no lo quieren ver", dice.