La clave está en que el nuevo decreto para evitar el maltrato animal sólo afecta a los festejos populares, no a los tradicionales (ni a las corridas ordinarias), un matiz que permite que el famoso toro de Coria, catalogado efectivamente como tradicional, no se vea afectado por esta normativa. De este modo, el habitual ritual de acabar con doce ejemplares con un tiro de gracia en la vía pública seguirá estando permitido en Extremadura como una excepción de la ley de protección de animales (una singularidad que se aprobó en la pasada legislatura).

Esta tradición ha recibido numerosas críticas, principalmente de partidos y colectivos animalistas por considerarse una «salvajada» y cada año genera gran polémica.

De hecho, PACMA presentó denuncia contra esta acción, por lo que el ayuntamiento cacereño se podría haber enfrentado a una multa de hasta 30.000 euros, pero finalmente no prosperó la demanda. R.S.R.