El presidente de la Federación Extremeña de Caza (FEDEXCAZA), José María Gallardo, ha pedido al presidente regional, Guillermo Fernández Vara, que se impulse la declaración de las monterías y rehalas como Bien de Interés Cultural (BIC) debido a los beneficios culturales y económicos que genería para el sector y la propia comunidad autónoma.

Así lo ha dicho el presidente de FEDEXCAZA tras haber mantenido una reunión en Mérida con Fernández Vara en la que éste ha dado su apoyo, según Gallardo, para comenzar los trámites lo antes posible y ha declarado la importancia del sector en la región, el cual mueve cientos de miles de euros todos los años. A esta reunión también han asistido el presidente de la Asociación Española de Rehalas, Alfonso Aguado, y el de la Federación Extremeña de Rehalas, Francisco Mejías.

Gallardo ha resaltado que esta modalidad de caza es «un bien inmaterial que tienen componentes culturales, antropológicos y etnográficos lo suficientemente importantes como para impulsar su declaración». Para llevar a cabo esta declaración, ha continuado, se contará con todo el sector y con los antropólogos que realicen los estudios necesarios, y, además, las asociaciones del sector cinegético van pedir mediante escritos que los ayuntamientos aprueben esta tipología de caza y que sea un hecho aceptado en la temporada 2018-2019.

«Esto no es un capricho, esto supone respaldo legal a nuestra actividad y un impulso de reconocimiento», ha declarado Aguado. Esta modalidad cinegética ya es BIC en Andalucía desde el año 2015 y ha dicho Aguado que Extremadura «se encuentra en el momento idóneo» para llevar a cabo esta declaración ya que «coinciden el apoyo de la Junta y el acuerdo de todo el sector».

Esta actividad puede reportar beneficios económicos a más de 200 municipios de la región, sobre todo los situados en el entorno de la Sierra de Gata, las Hurdes, y Sierra de Azuaga.

La montería es una modalidad de caza mayor donde se utiliza un equipo de perros de distintas clases, generalmente de entre 10 y 12 parejas, que recibe el nombre de rehala. El origen de esta práctica se pierde en el tiempo y tiene distintas modalidades, siendo la montería «a la española», la más típica en el centro y sur de España.