«Yo no entré como voluntario, me lo impusieron a la fuerza y cuando me lo encargó mi jefe no me hizo mucha gracia, pero luego se convirtió en una tarea que me gustaba y la verdad es que ahora es una tarea más, que me interesa». Francisco Javier Álvarez controla desde hace más de 30 años la estación meteorológica que está instalada en Don Benito, en las dependencias de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Su trabajo allí no tiene ninguna relación con la meteorología (trabaja en el área de forestales) pero la confederación necesitaba recoger esos datos para unos estudios agronómicos que estaba llevando a cabo. Un día le encargaron a él que lo hiciera, y hasta hoy, según cuenta.

«No es algo sacrificado, pero es cierto que si lo quieres llevar bien, se necesita dedicación. Si no te gusta, lo vas a abandonar rápido, pero si te gusta, no tienes problema, y ese es mi caso», reconoce. De hecho al final fue tal su afición que además de la estación que controla en el trabajo se compró otra para recoger datos también en casa

A diario

Álvarez atiende a diario las dos estaciones que hay en la sede de la confederación. Una de ellas es automática y precisa poca tarea, pero la manual si que requiere más trabajo tanto para tomar los datos como para mantener el material a punto. «A mí me gusta la manual, porque tú te ocupas de tomar los datos, de limpiar los termómetros, de mantener todo el material. Es mucho más bonita que la automática, en la que solo recoges los datos y los envías», explica.

Acude todos los días del año, trabaje o no y, ahora sí, lo hace por vocación. «Lo llevo yo a diario, salvo una semana que me voy de vacaciones. Aunque ya me ocupo de dejar a alguien que recoja los datos esos días», indica.

Ese compromiso con la tarea le ha situado en algún momento de aprieto, como el día (hace 30 años) que su mujer se puso de parto de su primer hijo y Francisco Javier Álvarez no hacía más que pensar, mientras esperaba en el hospital, «que no había ido a la estación a tomar los datos», recuerda. «Al final pensé que de todos modos yo no podía estar allí ni hacer nada más que esperar y decidí coger el coche y me acerqué rápido a tomar los datos. Y pude llegar a tiempo», cuenta.

¿Y cuando se jubile? «Aún me quedan unos años, pero no veo que ningún compañero se quiera hacer cargo de la tarea por el momento. A alguien le tocará», avisa.