Mejora la situación, aunque solo levemente y en ningún caso lo suficiente como para aspirar aún a un equilibrio entre el número de trabajadores y de pensionistas que es esencial para la sostenibilidad del sistema actual. Y el horizonte parece complicado. En Extremadura hay en estos momentos 1,85 trabajadores por cada pensionista, lo que supone el mejor dato desde el 2012, aunque sin llegar a las cifras anteriores a la crisis: dos trabajadores por cada beneficiario del sistema de pensiones (se alcanzó de 2006 a 2008), la tasa que se considera la mínima imprescindible para garantizar la viabilidad del modelo actual y la tasa que permitió hasta entonces mantener en un saldo positivo. La región se sitúa ahora mismo a menos de dos décimas de distancia de esa cifra. No parece mucho, pero el avance, cuando lo hay, es lento: en los últimos cinco años ha sido de cinco centésimas, por lo que con esa progresión aún haría falta más de una década para alcanzar la proporción que se considera óptima. Junto a eso, con la previsión de que en los próximos años aumenten significativamente el número de pensionistas por jubilación, se hace necesario incrementar a un mayor ritmo las cotizaciones también.

Los datos de la Seguridad Social de los primeros ocho meses del año arrojan la mayor cifra media de cotizantes desde el 2007 (397.047). Pero ahora mismo hay también 24.000 pensionistas más que entonces, principalmente por el aumento de las jubilaciones (representan el 77% del incremento de la cifra de los perceptores de una pensión), lo que estrecha los márgenes. Los peores datos, coinciden en todo caso con los peores años de la crisis en la región (2013 y 2014), que con los cotizantes en mínimos y la cifra de pensionistas en escalada, arrojaron una proporción de 1,76 trabajadores por cada perceptor de una pensión.

precariedad/ Otra cuestión es cómo es el empleo (y las cotizaciones) que sustentan las pensiones y ahí la secretaria general de CCOO en Extremadura, Encarna Chacón, señala directamente a la aplicación de la reforma laboral: «porque no crea empleo, solo sustituye empleo estable y de calidad por empleo temporal y precario, por eso debe derogarse», sostiene. «Aunque aumenten los trabajadores, si no mejora la calidad del empleo, el volumen de las cotizaciones seguirá siendo inferior y ahora el 97% de los contratos que se firman son temporales», añade la dirigente sindical. Y junto a la temporalidad apunta también al fraude en las contrataciones parciales: empresarios que ofrecen un contrato a tiempo parcial para jornadas más amplias con el fin para que la aportación a la Seguridad Social sea menor. «O se persiguen este tipo de fraudes o no podremos contar con cotizaciones suficientes para atender las pensiones», dice.

Desde UGT apuntan a otra cuestión: «necesitamos un tejido industrial que no nos aboque a la actual estacionalidad, que garantice una estabilidad en el empleo, lo que redundará en las cotizaciones», señala María José Ladera, secretaria de Igualdad, Política Social y Salud Laboral de UGT Extremadura. Pone el foco también en otra cuestión ligada al aumento de los pensionistas: el incremento de la cuantía de las pensiones, especialmente en el caso de las de jubilación (aproximadamente el 60% del total).

«Los que ahora se están jubilando son los que han cotizado en tiempos de bonanza, antes de los salarios de ‘mileuristas’ que cuestionamos y que están por encima de lo que cobran ahora muchos trabajadores», recuerda. Urge a abordar la reforma de las pensiones «por unas pensiones garantistas y que estén garantizadas para los futuros pensionistas», antes de que se llegue a la situación que muchos expertos sitúan en el horizonte del 2030, cuando coincidirán el mayor número de pensionistas con el menor número de cotizantes.