No era una clase cualquiera sino una que puede ayudarles a salvar la vida de una persona el día más inesperado. Por eso los cerca de 90 alumnos de 1º de Bachillerato del Colegio María Auxiliadora de Mérida (Salesianos) no perdieron detalle de las explicaciones de los profesionales sanitarios que ayer, de forma excepcional, se desplazaron al centro. El objetivo era que los estudiantes aprendieran las nociones básicas para ayudar a una persona que acaba de sufrir una parada cardiorespiratoria o muerte súbita. «Primero les han explicado de manera teórica qué es una RCP (Reanimación Cardiopulmonar) y luego han podido practicar con maniquíes las técnicas de respiración, la posición de seguridad...», cuentan desde el colegio emeritense, el primero de la región en estrenar este taller que llegará a un total de ocho centros educativos y a más de 600 alumnos extremeños.

Se trata de una iniciativa de la Sociedad de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes-Extremadura) dentro de una campaña para la difusión de la Reanimación Cardiopulmonar entre escolares. Además de este, los talleres llegarán a otro colegio concertado (el San Francisco Javier de Fuente de Cantos) y otros seis institutos públicos: el IES San Fernando de Badajoz, el Donoso Cortés de Don Benito, el Javier García Téllez de Cáceres, el IES Parque de Monfragüe de Plasencia, el Zurbarán de Navalmoral y el IES Alagón de Coria.

Más desfibriladores

Esta actividad viene a complementar la implantación de desfibriladores semiautomáticos que ya están en los grandes centros públicos extremeños y que también llegarán a todos, tanto públicos como privados, de la mano de la Junta y las diputaciones provinciales. Según apuntó el consejero de Sanidad, José María Vergeles, durante la presentación de esta campaña hace un mes, los desfibriladores son una herramienta importante, pero «más lo es que la gente sepa cómo actuar ante una situación de riesgo vital». Y eso es lo que aprenderán más de 600 estudiantes durante este mes de noviembre. El primer paso es identificar una parada, el siguiente alertar a los servicios de emergencias y el tercer paso, hasta que lleguen los profesionales sanitarios, es asegurarse que las vías respiratoria y circulatoria funcionan. Y para esto es clave una formación básica.

Así lo aseguró también el presidente de Semes-Extremadura, Álvaro Valverde Grimaldi: con estos talleres los alumnos estarán preparados para enfrentarse a cualquier incidente de este tipo y «contribuirán a que no se produzca un desenlace fatal». Los datos evidencian la relevancia de esta actividad: 3.500 personas fallecen cada año en Extremadura por una enfermedad cardiovascular y entre las causas más frecuentes de paro cardiaco están el infarto agudo de miocardio y la trombosis, que provocan 2.000 muertes anuales.