Si algo ha caracterizado a la pandemia a nivel político ha sido el juego de las cifras. Y no iba a ser menos con los porcentajes de población que va siendo vacunada. La promesa desde que prácticamente se pusieron las primeras dosis es que la inmunidad de rebaño se alcanzaría este verano. Significaba que el 70% de la población ya debería haber recibido los dos pinchazos de la fórmula contra el coronavirus. Pero después se añadió un matiz: el 70% pero solamente de la población de adulta, por lo que el reto era algo menor.

Sea como sea, la vacunación sigue avanzando, aunque el mes de junio será clave para saber cómo se va a afrontar la próxima temporada estival. De momento, uno de cada cinco extremeños ya tiene la máxima inmunidad posible frente al covid-19 porque ya ha recibido las dos pautas. Es algo más del 20% (216.911 personas) de toda la población (1.059.310) que vive en la comunidad autónoma.

No obstante, si se aplica el criterio de únicamente la edad adulta, el porcentaje sube a casi el 25%, o lo que es lo mismo, uno de cada cuatro extremeños mayor de edad ya tiene la máxima inmunidad posible que otorgan las vacunas contra el coronavirus.

Hasta la fecha Extremadura ha recibido 639.785 dosis, la mayoría del laboratorio de Pfizer (440.585). En segundo lugar está AstraZeneca (126.500), seguida de Moderna (59.800) y, por último, Janssen (12.900).

La región ha administrado el 97,3% de las unidades que le han llegado, de manera que el ritmo de inmunización depende directamente de lo que se reciba en las próximas semanas.

Estos días se avanza con el grupo de edad de entre 50 y 59 años, aunque no todas las áreas de salud van a la misma velocidad. 

El objetivo es que en el mes de junio se empiece con el sector de 40 a 49 años.

Sanidad recuerda que quien quiera AstraZeneca deber firmar un consentimiento informado

Extremadura comenzará a mediados de esta semana a citar para la administración de la segunda dosis de la vacuna contra la covid a las alrededor de 38.000 personas menores de 60 años que recibieron la primera pauta de AstraZeneca.

El consejero de Sanidad, José María Vergeles, recordó este viernes que el llamamiento, a través de las áreas de salud, tendrá como particularidad que «es el primer procedimiento de vacunación donde el ciudadano podrá hacer uso del principio del derecho a la autonomía de la persona en la toma de decisiones».

Esta decisión -el modelo de consentimiento informado está ya creado- en relación a si el ciudadano permite vacunarse con Pfizer de cara a la segunda dosis o bien se decanta por AstraZeneca, deberá ser tomada en el momento del llamamiento o en el punto de vacunación. «Por defecto» la segunda dosis suministrada será de Pfizer, pero «no se contraviene» que una persona, informada de los efectos que pueda tener la vacuna de AstraZeneca, elija ésta última, indicó Vergeles.

Incidió, además, en que a la luz de los ensayos clínicos, de la decisión de la Comisión de Salud Pública y de la Ponencia de Vacuna el objetivo es vacunar con Pfizer, a través «de las recomendaciones basadas en la ciencia».

Según explicó, cuando «la ficha técnica dice que hay efectos trombóticos (en relación a AstraZeneca), aunque muy raros, cinco por cada millón de dosis, y no se tiene claro que la segunda dosis pueda aumentarlos, parece que lo lógico es que la ciencia recomiende la fórmula de Pfizer para la segunda dosis».

En cuanto al proceso de llamamientos, «no será muy diferente» con respecto a las vacunaciones efectuadas hasta ahora, masivos en el caso de las localidades más grandes y más individualizados a través de los centros de Atención Primaria en las zonas más rurales.

Es justo esta semana cuando se cumplen las 16 semanas de plazo desde que los primeros usuarios menores de 60 años (en su mayoría trabajadores esenciales) recibieron la primera pauta de AstraZeneca. Habría que recordar que la segunda se debería haber puesto a los tres meses (12 semanas), pero se amplió el plazo para tener más evidencias científicas.