La Guardia Civil investiga el mal estado del río Tajo tras los desembalses

 El embalse de Alcántara está muy por debajo de las cifras medias a estas alturas del año. El embalse está al 44% de su capacidad con 1.393 hectómetros cúbicos, según los últimos datos publicados por del Ministerio de Transición Ecológica, correspondientes al 7 de septiembre. Está 15 puntos por debajo en la misma semana del 2020 (59,8%) y son 23 puntos menos que la media de los 10 últimos años (67,8%). La presa de Torrejón, justo por encima de este embalse está al 89,8% de su capacidad, igual que en la misma semana del 2020; mientras que la de Valdecañas, las inmediatamente anterior a Torrejón, tiene también las reservas muy mermadas: está al 24%, casi la mitad que el año pasado (43,02%) y 13 puntos menos que la media de los diez últimos años (37,8%). 

Tras la 'falsa sequía’

Los desembalses de Iberdrola que han llevado a una ‘falsa sequía’ a los pantanos de Valdecañas y Alcántara, han acumulado este verano denuncias públicas que han llevado a la Junta de Extremadura a pedir explicaciones por lo sucedido y al Ministerio de Transición Ecológica a estudiar medidas para evitar que vuelva a repetirse. Ahora la benemérita ha iniciado también una investigación «de oficio» según confirman desde la Delegación del Gobierno y es el Seprona el que está llevando a cabo las pesquisas y recopilando los datos para determinar si se ha producido algún daño medioambiental en el entorno de Monfragüe.  

Toma de muestras encargada a la policía por el Ayuntamiento de Serradilla. CEDIDA

Paralelamente a esta investigación, la Junta de Extremadura también mantiene a través de la Consejería de Transición Ecológica actuaciones de control en el entorno de Monfragüe, aunque por el momento estas se circunscriben únicamente a las medidas ordinarias en la zona como responsable de las competencias en materia ambiental, según apuntan desde el departamento que dirige Olga García. Aun así indican también que están «vigilantes, especialmente por tratase de un parque nacional».

Iberdrola se ha desvinculado hasta ahora de la aparición de esa capa de lodo verde en el embalse. La semana pasada afirmaba en un comunicado recogido por Efe que se trata de un «proceso natural y recurrente que se desarrolla al descomponerse la materia orgánica» que hay acumulada en el agua, y añadía que el viento la había desplazado este año a la cola del embalse de Alcántara. Según la compañía, ese fenómeno no afecta a la fauna y la flora de la zona y «es esperable que desaparezca en pocos días» . 

Algunos de los municipios del entorno de Monfragüe han comenzado también a tomar medidas para determinar la gravedad de una situación que califican de «insólita» y sopesan emprender acciones. 

«Lodos putrefactos»

«El vaciado del río por los desembalses de Iberdrola ha provocado un problema ambiental y una imagen de lodos putrefactos en Monfragüe nunca vistos», señala el alcalde de Serradilla, Francisco Javier Sánchez Vega. De esta localidad depende la pedanía de Villarreal de San Carlos, el único núcleo urbano en el interior del Parque Nacional de Monfragüe. 

El Ayuntamiento de Serradilla ha ordenado a la policía local que tome muestras de esos lodos para determinar si hay alguna sustancia contaminante en ellos. Las muestras se tomaron el pasado viernes en dos puntos del río (uno dentro del parque nacional y otro en la zona reserva de la biosfera) y se han enviado a un laboratorio especializado en el análisis de aguas y vertidos contaminantes y una vez que conozcan los resultados determinarán «qué tipo de acciones judiciales o legales tomamos», señaló Sánchez Vega. Junto al impacto visual, el alcalde denuncia el daño a la economía de la zona por la pérdida de recursos turísticos como el barco del que recorre el Tajo, por el bajo nivel que presenta el río.