El 11 de diciembre de 1987 un coche bomba de ETA en la casa cuartel de Zaragoza mató a 11 personas. María José Ruiz (Badajoz, 1960) vivía allí con su marido y sus tres hijos (tenían 9, 4 y 1) y desde entonces cada día su cabeza vuelve a ese lugar y a ese momento del que durante muchos años no fueron capaces de hablar en casa. «Pero los que sobrevivimos a un atentado, tenemos que seguir luchando por la memoria de los que se quedaron en el camino. Y hay veces que toca levantar la voz», dice la que desde hace dos años preside la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en Extremadura. La alzó hace unos días por las lagunas de la ley extremeña de víctimas del terrorismo y después por el acto que hoy se había convocado en Mondragón en apoyo a Henri Parot, el autor del atentado que ha marcado su vida.

Hace unos días fue muy crítica con la ley extremeña de apoyo a las víctimas del terrorismo, hasta el punto de que la Junta ha anunciado que la cambiará ¿No han tenido un diálogo previo en la tramitación? 

Sí que hemos tenido reuniones previas y dimos por hecho que todo estaba claro en cuestiones como la tarjeta identificativa para las víctimas de Extremadura. También ahí supimos ya que las indemnizaciones no se contemplaban más que para las víctimas de futuros atentados, lo que supone que las víctimas actuales nos quedamos fuera de la ley.

Por lo que dijo el presidente de la Junta de Extremadura, eso se va a rectificar.

Hay quien me dijo ese día que no era el momento de mostrarme tan dura. Pero yo lo que hago es reclamar los derechos de las víctimas de Extremadura. Los que sobrevivimos a un atentado tenemos que alzar la voz por los que no.

¿Es un problema solo económico?

No es solo una cuestión económica, es una parte más de todo lo que conlleva la atención a una persona que ha sufrido un atentado terrorista; igual que la atención psicológica. No puede haber víctimas de primera y de segunda categoría en función de las leyes que marquen cada comunidad autónoma. Nos sentimos dolidos e impotentes. 

Al margen de esta cuestión polémica ¿qué valoración hace de la ley extremeña?

No podemos estar satisfechos del todo hasta que la ley no se regularice. Pero al menos nos hemos dado cuenta de que a que protestar y alzar la voz para conseguir algo. Sin ese manifiesto estaríamos parados.

¿Le ha tocado alzar muchas veces la voz desde ese día de 1987 que la convirtió en víctima del terrorismo?

Muchas veces. Los que sí sobrevivimos a un atentado tenemos que alzar la voz por los que no. Pero cada momento de una manera diferente. Un atentado terrorista es siempre injusto.

¿Cree que la sociedad ha pasado página con el terrorismo de ETA?

Yo creo que se intenta que la sociedad olvide, pero para eso estamos, para que se sepa lo que ocurrió a partir de los años 60 y el daño que han hecho a la sociedad. 

¿Qué recuerda usted de ese 11 de diciembre de 1987?

Todo. No sale todo a la luz, pero recuerdo todo desde el momento en el que me desperté ese día. Me cambió la vida.

¿Cómo era su vida antes de ese día?

Una vida normal, de una ama de casa con una familia normal y con ilusiones. Mi marido era Guardia Civil de Tráfico y vivíamos en la casa cuartel de Zaragoza... Y llegó ese día y nos rompió todos los proyectos y toda la vida. Nos quedamos en blanco.

Ni su marido, ni usted, ni sus hijos sufrieron daños graves en ese atentado ¿Le han dicho muchas veces que era afortunada por ello?

Es algo complicado. Durante mucho tiempo mi madre me estuvo felicitando todos los años el día de mi cumpleaños y el 11 de diciembre. Hasta que le pedí que no me felicitara más ese día. Fui afortunada porque no perdí a mis hijos ni mi marido, pero fue mucho el dolor y es mucho el dolor. Allí se quedaron muchos que podríamos haber sido nosotros. Ese dolor no se va. La gente del cuartel era la familia que teníamos allí. 

Hoy estaba autorizado un acto de apoyo a Henri Parot en Mondragón que los organizadores han cambiado por actos contra la cadena perpetua tras las quejas, entre otros, de las asociaciones de víctimas.

Hemos vivido todo esto con mucha tensión y ya veremos al final en qué queda. Este tipo de homenajes enmascaran la verdadera reivindicación que había, que era la excarcelación de (Henri) Parot porque lleva 31 años en prisión. No pueden caber homenajes para alguien que ha asesinado a 39 personas y le da igual.

¿Está a favor de la cadena perpetua?

Estamos en contra de la cadena perpetua, pero si este señor tiene más de 4.000 años de condena por asesinar a 39 personas, tiene que pasar toda su vida en la cárcel y aun así no la cumplirá por completo.

La nueva convocatoria alude a la convivencia. 

No me puedo imaginar, hablando o conviviendo con una persona que me ha querido asesinar a mis hijos o a mi marido y a mí. Ni siquiera ha pedido perdón, que es lo básico para que alguien pueda perdonar. Le da igual y si pudiera seguiría matando. Nos causa una indignación muy difícil de expresar con palabras.

¿Usted sería capaz de llegar a perdonar? 

No puedo perdonar porque no puedo olvidar ¿Cómo voy a perdonar así? Yo no perdí a los míos en el atentado, pero muchos otros que formaban parte de la familia que teníamos allí sí se quedaron en él. A nuestros muertos no los hemos visto más, pero a este asesino sí ha podido verlo su familia. ¿Cómo voy a perdonar? Acabas canalizando el dolor y la indignación, pero no puedes olvidar ni perdonar. Y no puedo.

¿Por qué es tan importante que los presos por terrorismo estén en cárceles lejos de sus familias? 

Porque sus familias no solo reivindican su acercamiento, sino que la gran mayoría piensan como ellos. Por qué ellos pueden tener cerca a su familia y yo me tuve que separar de mi familia de Zaragoza y volver a Badajoz para distanciarme de todo aquello. Yo soy la víctima, no ellos.

¿Nunca ha querido sentarse cara a cara con Parot?

Ya no. Porque sé que su respuesta no me va a convencer. Y mira, hubo un momento en el que sí me hubiera gustado sentarme cara a cara con (Henri) Parot y con (Josu) Ternera. Pero la verdad es que ya no.