Ha ocurrido en cuestión de veinticuatro horas. El imán de Talayuela fue detenido el martes en un operativo a primera hora de la mañana y expulsado del país a media mañana de este miércoles. Yahya Benaouda, uno de los rostros más reconocidos de la comunidad musulmana en la localidad cacereña, fue arrestado por orden de la Audiencia Nacional acusado de alentar al islamismo radical.
El operativo fue llevado a cabo por la brigada provincial de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional, que se encargó de su detención y más tarde de su traslado a Madrid, donde pasadas las 11.00 horas fue deportado en un avión desde Barajas hasta Casablanca en Marruecos.
Benaouda está acusado de infringir la Ley de Extranjería de forma «muy grave». Fuentes judiciales precisaron que el imán tenía una causa abierta hace meses relacionada con «participar en actividades contrarias a la seguridad nacional que pueden perjudicar las relaciones de España con otros países, o estar implicados en actividades contrarias al orden público previstas como muy graves en la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana». Según ha podido saber este diario, la Audiencia Nacional tenía previsto resolver este proceso el 8 de noviembre, pero ante el adelanto de los acontecimientos este mismo miércoles ordenó la expulsión de España.
En concreto, la denuncia que se había presentado contra él estaba relacionada con «propagar discursos alentando a las facciones más conservadoras del islam». Al parecer, habría practicado el salafismo, una corriente del islam que se basa en una interpretación severa y estricta del Corán. Los salafistas hacen una lectura literalista y ortodoxa de los textos fundadores del islam y consideran que su interpretación es la única interpretación legítima. La palabra tiene su origen en salaf al salih, que se traduce como los antepasados devotos. Es importante diferenciar que dentro del salafismo hay tres facciones: los quietistas (la gran mayoría), el salafismo político (Hermanos musulmanes) y, por último, el yihadismo. Las lecturas las habría realizado entre los jóvenes. Este extremo fue desmentido tanto por sus allegados y la comunidad islámica de Talayuela como por su abogada, Aziza Maghni, que han defendido en todo momento «la ejemplaridad» y «el arraigo» de Benaouda en España. Mayores y jóvenes, a los que ofrecía clases, coincidieron en destacar el «compromiso» del detenido con la comunidad como con la intención de sembrar un ambiente de «cordialidad» y «convivencia». De hecho, se concentraron este miércoles para mostrarle su apoyo y volverán a hacerlo este viernes por la tarde.
Llevaba afincado 20 años en la localidad y la última década ha estado al frente de la comunidad An-nour
Otras fuentes consultadas por este diario indicaron que Benaouda lanzaba proclamas en el interior de la mezquita e incluso avanzan que para su detención se contó con la colaboración del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). «Llevaban tiempo investigándolo».
En un primer momento, las diligencias fueron tramitadas por un juzgado cacereño, el Contencioso Administrativo número 2, pero finalmente fue la Audiencia Nacional la que asumió la causa, que decretó su expulsión inmediata. Su letrada intentó desde el martes paralizar sin éxito la ejecución de la deportación y reclamó a la Sala medidas cautelarísimas, que fueron rechazadas horas más tarde.
Coincide, además, este operativo con los que se han producido en la última semana en todo el país. En el caso de Reus, el presidente de la comunidad islámica también fue detenido por «una presunta radicalización», según publica El Confidencial.
Arraigo
Yahya Benaouda tiene 51 años y lleva más de 20 residiendo en España, en concreto en la localidad cacereña de Talayuela. Está casado, tiene cinco hijos, el último de cuatro meses, y ha trabajado desde que está en España en la agricultura. Lo compaginaba con su labor para la comunidad An-nour, de la que formaba parte. En estos años ha destacado por ser uno de los principales impulsores de la construcción de la mezquita. De hecho, esta última década ha ejercido como imán y como presidente y portavoz de la población magrebí. Uno de los últimos proyectos que puso en marcha al frente de la comunidad ha sido el de la construcción del cementerio musulmán en la localidad, ya que hasta ahora los musulmanes que fallecían en Talayuela tenían que ser trasladados a enterrarse fuera de Extremadura. De aspecto delgado, siempre con chilaba blanca y de pocas palabras, cuentan que durante la pandemia realizó una donación para luchar contra los efectos del coronavirus.
La detención generó a lo largo de la jornada reacciones entre las autoridades regionales, entre ellas, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que en declaraciones a Efe mostró su respeto por la autoridad judicial y los cuerpos y fuerzas de seguridad. Destacó que Benaouda «es un ciudadano de aquí y como tal lo que decidan los tribunales debe ser acatado y respetado».
