Vara pierde la mayoría absoluta y necesitará el apoyo de Podemos

El PSOE vence pero sin hegemonía, pierde su mayoría absoluta y debe pactar con Unidas por Extremadura (la suma de Podemos e IU) para formar gobierno. El PP mejora su resultado pero no lo suficiente para darle la mano a Vox, que irrumpe con hasta cinco diputados. Cs desaparece y una nueva formación de tinte regionalista, Juntos por Extremadura, se queda al límite de lograr un escaño. Ese es el escenario que dibuja la encuesta que Ágora Integral ha realizado en exclusiva para El Periódico Extremadura de cara a las elecciones autonómicas del 28M.

El resultado de este sondeo es solo una foto fija que puede variar en las próximas semanas, pero de momento el líder de los socialistas, Guillermo Fernández Vara, seguiría al frente de la presidencia de la Junta de Extremadura pero apoyado esta vez en la candidata de Unidas, Irene de Miguel. La encuesta estima para el PSOE entre 29 y 31 diputados mientras que la formación morada mantendría sus cuatro escaños. En cualquier caso sumarían los 33 necesarios para la mayoría absoluta.

Los socialistas obtuvieron 34 asientos en 2019, de manera que perderían entre tres y cinco diputados (dos o tres por Badajoz y uno o dos por Cáceres). Y se dejarían en el camino casi 26.000 votos, pasando del 47,1% de hace cuatro años al 42,8%.

El paro y la sanidad, principales problemas de los extremeños

En Unidas también bajan, del 7,2% al 6,2%. Obtendrían 37.816 papeletas, casi 6.200 menos. ¿Dónde se van? Al PSOE, es una tendencia nacional. En el caso de Extremadura se daría sobre todo en la provincia de Badajoz. Pero si en otras comunidades ese trasvase de apoyos es de hasta el 17%, en la región se queda en el 9,6%. ¿Por qué ocurre? Se le llama voto de emergencia como respuesta al ascenso de las fuerzas de la derecha. También afecta la división de Podemos en varias siglas. 

¿Otras opciones?

¿Es posible otro contexto? Sí, porque hay escaños que pueden bailar y el PP podría sumar con Vox, o con Vox y Juntos por Extremadura, y formar gobierno.

La encuesta refleja que los populares, con María Guardiola al frente, subirían de los 20 diputados a los 25 o 27, lo que supone casi ocho puntos más, hasta el 36,48% de los apoyos.

Vox, liderada por Ángel Pelayo en Extremadura, conseguiría sus cinco escaños y entraría en el arco parlamentario con 44.055 votos (el 7,25%). Serían unas 15.200 papeletas más que hace cuatro años y se colocaría por delante de Unidas, siendo la tercera fuerza política tras la desaparición de Cs. Aunque también hay una cuota de electores, un 13,7%, que se le escapa y vuelve al PP. Lo cierto es que en las elecciones de 2019 se quedaron a las puertas de obtener representación.

Los votantes de Cs se van sobre todo al PP, pero también al PSOE

La foto fija que revela este sondeo no le da suficientes asientos a la suma de PP y la ultraderecha para llegar a los 33 y hacerse con el poder (como mucho serían 32), pero hay un diputado en juego que podría darle la vuelta al marcador.

En el reparto de escaños aparece Juntos por Extremadura, la nueva formación liderada por el conocido cocinero Antonio Granero, que obtendría 28.854 votos. Sus posibilidades están en la provincia de Cáceres, donde se quedan en el 4,95%. Hace falta llegar al 5% para adjudicarse el primer escaño. Si lo lograra, sería posible ese pacto PP-Vox-JUEX. Si no, se abren otros escenarios, incluso la alternativa de un gobierno PP-Vox.

Tanto si la balanza se inclina a la izquierda o a la derecha, en ambos casos PSOE y PP tendrían la opción de gobernar en minoría si sus posibles socios se abstuvieran, pero tanto Unidas como Vox ya han manifestado su intención de ser parte del gobierno.

¿Y qué ocurre con los votantes de Cs en Extremadura? El partido naranja, capitaneado por Fernando Baselga, pierde sus siete asientos en la Asamblea porque muchos de sus seguidores regresan al PP, concretamente el 38,1%. Aunque también una parte va al PSOE, un 11,3%; y otra a Vox, el 7,2%.

Hasta las últimas elecciones en Andalucía, el 19 de julio del pasado año, Cs conservaba el 45% de su voto. Desde que se hundieron en esta comunidad, se ha acelerado el trasvase de apoyos, sobre todo al PP y a Vox. Pero en Extremadura es excepcional el porcentaje que lo cambia por el PSOE, de los más altos de España.

Lo curioso es que si se les pregunta a los votantes de Cs dónde se sitúan ideológicamente, siendo 0 la extrema izquierda y 10 la extrema derecha, eligen el 5. Los electores del PP están en el 7 y los de Vox, en el 7,6. ¿Qué implica? Que en Extremadura, por regla general, el seguidor de Vox no se siente de extrema derecha.

Más conclusiones

La encuesta refleja igualmente que a la derecha le importan más las elecciones generales que las autonómicas o municipales. Sus seguidores desconocen a los candidatos, pero les da igual. Para ellos es Feijóo o Abascal. 

En la región, el seguidor de Vox no se siente de extrema derecha

El sondeo denota igualmente que la derecha está más movilizada, el 70% dice que irá a votar. En la izquierda hay más dudas.

Sean como sean los resultados, el bipartidismo reina en Extremadura. Influye que el 60% de los ayuntamientos extremeños se disputarán solo entre PP y PSOE porque son las únicas formaciones que han presentado lista. También afecta el fracaso de Cs y la crisis de Podemos.

Con todos los datos sobre la mesa, la principal conclusión es que las elecciones del 28M están abiertas. Los resultados no están asentados para el electorado del PSOE, que debe pelear esta campaña si quiere salir victorioso. Por su parte, el PP cree que hay una oportunidad de darle la vuelta a la partida, pero no podrá hacerlo en solitario.

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