Cáceres tiene vinculada desde el pasado 2017 su imagen turística a la serie televisiva Juego de tronos, cuya séptima temporada se rodó en parte en esta ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1986. No es de extrañar que los responsables de la productora de la serie (HBO) eligieran este escenario. Cáceres ofrece al viajero una de las ciudades medievales-renacentistas mejor conservadas del país, y probablemente de Europa. Su muralla divide la ciudad en dos zonas llenas de encanto y belleza, donde el viajero puede sentirse un auténtico pasajero por la historia.

Los orígenes de la ciudad, sus primeros pobladores, se encuentran en la cueva de Maltravieso, con pinturas del Paleolítico Superior cuya reproducción puede visitarse en un centro de interpretación. Norba Caesarina fue fundada en el año 34 antes de Cristo. Alfonso IX la reconquistó el 23 de abril de 1229, día de San Jorge, desde entonces patrón de la urbe. A ello siguió una fase de esplendor en los siglos XV y XVI, con los Reyes Católicos, de la que son testimonio lo numerosos palacios y casas blasonadas que pueblan el casco antiguo.

Una visita a Cáceres debe iniciarse en su plaza Mayor, completamente renovada y adaptada a las necesidades de una ciudad moderna. Es escenario de grandes acontecimientos religiosos y culturales, como el Festival Womad. Destaca una completa oferta de restauración y la posibilidad de hacerse una foto en unas letras gigantes con el nombre de la ciudad, con la torre de Bujaco de fondo, al modo que otras muchas ciudades europeas, en un selfi inolvidable.

Para ingresar en la zona intramuros lo mejor es hacerlo por el Arco de la Estrella, curiosamente uno de los escenarios de la última entrega de Juego de tronos con estandartes de la casa Lannister. Pero lo más curioso es la autoría del arco abocinado para la entrada de carruajes, obra de José de Churriguera. Su nombre tiene su origen en la Virgen de la Estrella, que se encuentra en la cara interna del arco. En el otro lado, el que da a la plaza Mayor, preside el arco el escudo de Cáceres.

En la plaza de Santa María la concatedral de Cáceres es otro de los argumentos para disfrute turístico. En 1957 la iglesia pasó a tener título de concatedral compartiendo sede episcopal con la catedral de Coria. Sus portadas son góticas, y precisamente en ellas se rodaron escenas de la coronación en la serie Isabel.

Ya dentro de la zona monumental, las posibilidades de recorrer sus palacios son casi infinitas. Visitable es el Palacio de Carvajal, sede del Patronato de Turismo de la Diputación de Cáceres y muy buena idea si se quiere una primera aproximación. Otra buena idea es subir a la Torre de Bujaco, que alberga un centro de interpretación y desde el cual la vista de conjunto de la ciudad monumental es perfecta. La Torre de los Púlpitos también es otro enclave sorprendente.

En la ciudad monumental se pueden visitar una veintena de palacios, pero es necesario en casi todos los casos pedir cita previa. Palacio de Galarza, Palacio de la Generala, Palacio de los Golfines de Abajo y de los Golfines de Arriba, entre otros. Una curiosidad es la leyenda de la Casa del Mono, de la que hay múltiples y divertidas versiones. Una de ellas se puede escuchar de boca de los actores de las visitas teatralizadas, que también es otra forma de conocer los entresijos del Cáceres histórico a través de unos juglares.

Si una plaza es de visita obligada en Cáceres es la plaza de San Jorge, con el imponente frontispicio de la Iglesia de la Preciosa Sangre y la posibilidad de tomar fuerzas en el restaurante tapería Jardín de Ulloa, de la Fundación Mercedes Calles y Carlos Ballestero, cuya sede flanquea uno de los lados de la plaza. Ésta se encuentra en el Palacio de los Becerra, que acoge durante el año exposiciones artísticas del máximo nivel.

El Museo de Cáceres es otro enclave de obligada visita. Desde 1917 es museo arqueológico y etnográfico y alberga una completa colección de estelas prerromanas y romanas, entre ellas la conocida como Piedra del Extraterrestre. Además el majestuoso aljibe sorprende al viajero como remanso de belleza y quietud.

No puede uno irse de Cáceres sin subir al santuario de la Virgen de la Montaña (siglo XVII), patrona de la ciudad, y centro de la devoción de los vecinos. En la Sierra de la Mosca, se contempla la ciudad y pueblos de alrededor. Su interior, barroco, es de una sola nave con capillas laterales donde se encuentran las imágenes de Santa Ana y del Cristo de la Salud, de Juan Salvador Carmona. El retablo principal es de estilo churrigueresco.