Las fotografías de las torturas infligidas por soldados de EEUU a presos iraquís, que la televisión CBS emitió el miércoles, provocaron ayer un gran revuelo en todo el mundo, sobre todo en los países árabes, donde todos los informativos abrieron con la noticia. Los analistas temen que este incidente aumente aún más el sentimiento antiestadounidense que recorre el mundo árabe.

Mientras el Pentágono sopesa si someter a castigo disciplinario a la general Janis Karpinski, la militar estadounidense responsable de las cárceles iraquís, el presidente de EEUU, George Bush, expresó en la Casa Blanca su "profunda repugnancia" por la forma en que los prisioneros iraquís fueron tratados. "No me ha gustado nada", declaró. "Esa no es la forma en que se hacen las cosas en EEUU", añadió.

Karpinski volvió a principios de año a EEUU, en el proceso de rotación de tropas en Irak. El Pentágono está investigando ahora su conducta y la de otros seis oficiales más en este escándalo de torturas, muy embarazoso para la Casa Blanca porque mina la imagen de libertador con que trata de justificar su controvertida ocupación del país árabe. Al término de las indagaciones, la general podría ser relevada de su mando o recibir castigos menores, como impedir su futura promoción o una simple carta de reprimenda, explicó ayer la portavoz militar en Bagdad, coronel Jill Morgenthaler.

"ACCIONES DURAS" "Esto es algo que no podemos tolerar y los militares han emprendido acciones duras", aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, poco antes de que Bush prometiese ocuparse personalmente del asunto. McClellan explicó también que el presidente estaba al tanto de los malos tratos "desde hacía algún tiempo", pero no reveló si Bush ha visto las fotografías de los abusos, mostradas por primera vez por la cadena televisiva CBS, que retrasó dos semanas su emisión a petición expresa del Pentágono.

"Me alarma pensar que compañeros en filas que llevan el mismo uniforme que nosotros hicieran esto", declaró el general Mark Kimmitt, jefe adjunto de operaciones de la coalición en Irak. "Es difícil encontrar una excusa, porque han violado todos los principios sobre dignidad y respeto que les enseñamos en el Ejército", añadió, puntualizando que hablaba a título personal.

Las condenas también llegaron de Europa. El primer ministro británico, Tony Blair, condenó ayer las vejaciones a que han sido sometidos los presos y se declaró horrorizado por los abusos de las tropas de EEUU.

PEOR QUE LOS DICTADORES "Son una infracción directa de la política con la que actúa la coalición", declaró un portavoz de Blair, que calificó de "lamentables" las imágenes que ayer repitieron una y otra vez todas las cadenas de televisión en el Reino Unido.

Lo mismo ocurrió en todos los países árabes, donde el antiamericanismo se inflamó ayer. "Los árabes no ven la diferencia entre EEUU e Israel, porque constatan que los americanos han recurrido a los mismos métodos que Israel utiliza contra los palestinos", declaró Mustafá Kamel, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de El Cairo, informa Reuters. "Los liberadores son peores que los dictadores", declaró Abdel Bari, editor del periódico árabe Al Quds al Arabi , que se edita en Londres.

"Los soldados están siendo presentados como salvadores del pueblo iraquí y EEUU quiere dar ejemplo de moralidad, pero les hemos pillado con los pantalones bajados y todo el mundo ha visto cómo son en realidad", denunció Mahmud Walid, un escritor egipcio de 28 años.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, se mostró profundamente afectado por los maltratos y manifestó su esperanza en que se trate de un incidente aislado. Según declaraciones de su portavoz, Fred Eckhard, Annan acogió con satisfacción "lo que parece una clara determinación por parte de los militares estadounidenses de llevar a los responsables ante la justicia y prevenir tales abusos en el futuro".

DENUNCIAS DESDE EL 2003 Amnistía Internacional fue la organización que menos se sorprendió por los hechos, porque ya los ha denunciado en varias ocasiones. "Desde el año pasado tenemos numerosos testimonios de iraquís que hablan de torturas", aseguró Kate Allen, directora de la institución.

Mientras, en Estados Unidos, sus ciudadanos cenaron con un reportaje que minó todavía más a esos electores que Bush teme perder con la posguerra iraquí. El programa Nightline , de la cadena ABC, tenía previsto leer anoche (madrugada en España) los nombres de más de 700 soldados estadounidenses muertos en Irak. Una empresa que incluye 62 televisiones locales boicoteó el programa, que emite normalmente por sus ondas.