A 13 meses de las elecciones generales en Italia, Silvio Berlusconi presentó ayer ante el Parlamento el programa de su recién formado Gabinete para el último año de legislatura, que sintetizó en una rebaja de las cargas sociales y de los impuestos sobre la producción y en un respaldo a las familias para que conserven su poder adquisitivo. Pero pocas horas antes de su comparecencia, y mientras los nuevos viceministros juraban sus cargos, la fiscalía de Milán cerró un nuevo sumario contra el primer ministro y solicitó que sea procesado por diversos delitos económicos.

"El Gobierno durará hasta el final de la legislatura y completará el programa presentado en el 2001", dijo Berlusconi después de trazar un balance positivo de su Ejecutivo. En su discurso, el primer ministro prometió un recorte de los costes laborales por 12.000 millones de euros en tres años y la aprobación de una reforma constitucional a través de un referendo popular, algo que ya ha sido rechazado por la oposición.

EVASION FISCAL Pero Berlusconi tiene otros motivos de preocupación. Los fiscales Fabio de Pasquale y Alfredo Robledo quieren que vaya a juicio para esclarecer si Mediaset --una de las empresas de su imperio televisivo-- desvió a cuentas en el extranjero 280 millones de euros, además de eludir al fisco unos 170 millones.

Mientras, el nuevo viceprimer ministro, Giulio Tremonti, causó la indignación de los ambientalistas al sugerir en una entrevista en TV, que para remediar la escasez de fondos estatales, "vendería, bajo forma de concesión, por 100 años, todas las playas y los balnearios marítimos".