Golpe de efecto de George Bush en Irak. El presidente de EEUU viajó ayer por sorpresa a Bagdad para entrevistarse con el primer ministro del país árabe, el chií Nuri al Maliki. La visita fue tan inesperada, casi clandestina, que el propio Maliki no supo de ella hasta que el helicóptero de Bush, que procedía del aeropuerto de la capital iraquí, aterrizó en la fortificada Zona Verde, sede del Gobierno iraquí y de la embajada de EEUU. Mientras el mandatario norteamericano estaba en Bagdad, el nuevo líder de Al Qaeda en Irak, Abú Hamza al Muhajer, emitió un comunicado en internet en el que prometió derrotar a los "cruzados y a los chiís" de Irak y vengar la muerte de su antecesor, Abú Musab al Zarqaui.

El encuentro entre los dos mandatarios de produjo en uno de los salones de la Embajada de EEUU en Bagdad. Un sonriente y distendido Bush estrechó la mano de Maliki, aún algo desconcertado. "He venido para conocerle personalmente y para decirle que cuando América da su palabra, la cumple", dijo Bush. El presidente de EEUU aseguró estar "impresionado" por la composición de nuevo Gabinete del unidad nacional, que quedó completado hace una semana.

Maliki respondió que con "la ayuda de Dios" se pondrá "fin al sufrimiento" del pueblo iraquí, lo que permitirá que "todos los soldados" de la Fuerza Multinacional puedan "regresar a sus países". Maliki espera que, antes de fin de año, gran parte de las provincias de Irak pasen a manos de las fuerzas iraquís.

VIDEOCONFERENCIA Ayer, en su agenda, Maliki tenía previsto participar a través de una videoconferencia en la reunión que Bush inició el lunes en Camp David con los máximos responsables de la seguridad y defensa del Gobierno estadounidense para tratar sobre la situación en Irak tras la muerte de terrorista jordano Abú Musab al Zarqaui. Pero la reunión en Camp David sirvió de tapadera para mantener en secreto su visita a Bagdad, programada el mes pasado.

La noche del lunes, en plena reunión, Bush decidió abandonar la sala bajo el pretexto de estar cansado. Pero en vez de retirarse a sus aposentos, abordó un helicóptero, no el que usa habitualmente, sino otro militar, que le llevó a Washington donde le esperaba el avión presidencial. Tras once horas de vuelo aterrizó en el aeropuerto de Bagdad, cerrado y sometido a excepcionales medidas de seguridad. Bush sobrevoló Bagdad en un helicóptero Black Hawk durante solo seis minutos.

Es la segunda ocasión en que el presidente de EEUU visita Irak. La primera fue en noviembre del 2003, nueve meses después de la invasión, para pasar el Día de Acción de Gracias. Pero estos tres años de guerra han desgastado la imagen de Bush en su propio país, donde su popularidad está ahora bajo mínimos.

RECUPERAR ESPACIO Con este viaje, que se produce seis días después de la muerte de Zarqaui y la formación definitiva del Ejecutivo de Maliki, Bush intenta recuperar el espacio perdido.

El Gobierno iraquí, además, anunció un plan de seguridad para Bagdad, que prevé desplegar en la capital a más de 70.000 nuevos miembros de las fuerzas de seguridad y ampliar el toque de queda nocturno. Washington desea sacar a parte de sus soldados de Irak antes de las legislativas de noviembre.