La fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY), Carla del Ponte, calificó ayer de "escándalo" que los máximos dirigentes serbobosnios durante la guerra de Bosnia (1992-1995), Radovan Karadzic y el general Ratko Mladic, continúen fugados de la justicia y fustigó a las autoridades de Serbia por permitirlo. Del Ponte lanzó el alegato en el juicio, que se reanudó ayer, a siete inculpados por la matanza de Srebrenica, en la que 8.000 hombres y adolescentes musulmanes fueron masacrados por las fuerzas serbobosnias.

"Desgraciadamente, dos hombres que deberían estar sentados en el banquillo de esta sala judicial siguen huidos. Me refiero, por supuesto, a Ratko Mladic y Radovan Karadzic", afirmó Del Ponte en el discurso inicial en el que presentó los argumentos de la fiscalía contra los siete acusados. La fiscal tildó de "inexcusable" la "negativa" de las autoridades de Belgrado a arrestar a Mladic. "El Gobierno de Serbia es perfectamente capaz de detener a Mladic, y es escandaloso que Mladic y Karadzic no estén aquí", añadió.

Karadzic (jefe político de los serbios de Bosnia durante la guerra) y Mladic (jefe militar) son los dos fugitivos más buscados por el TPIY y ambos tienen pendientes dos actas de procesamiento: una por el conjunto de atrocidades durante la guerra, incluido el cerco de Sarajevo, y otra por Srebrenica, la peor masacre perpetrada en Europa desde la segunda guerra mundial.

LA MAGNITUD DEL CRIMEN Respecto a lo ocurrido en Srebrenica, la fiscal afirmó que "las palabras no pueden expresar la magnitud de los crímenes y el sufrimiento de las víctimas. Ahora, el nombre de Srebrenica es infame, inevitablemente asociado a los crímenes más horrendos".

La matanza se produjo en los días siguientes al 11 de julio de 1995, fecha en que las fuerzas serbobosnias entraron y tomaron Srebrenica, una ciudad del este de Bosnia que aún estaba en manos de los bosnios musulmanes. La ONU había declarado al enclave "zona de seguridad", pero los cascos azules, a la hora de la verdad, no protegieron a la población.

Cinco de los siete inculpados que ayer comparecían ante los jueces del TPIY están acusados de genocidio. Se trata de Ljubisa Beara, 67 años, exjefe de seguridad del Ejército serbobosnio; Vujadin Popovic, de 49 años, exoficial de policía; Ljubomir Borovcanin, de 46 años, excomandante adjunto de la policía especial del Ministerio de Interior serbobosnio; Vinko Pandurevic, 47 años, y Drago Nikolic, de 48, ambos exoficiales del Ejército serbobosnio que participaron en el ataque contra el enclave. Los otros dos procesados, los generales Radivoje Miletic, de 58 años, y Milan Gvero, de 68, están acusados de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

"ETAPA IMPORTANTE" Pese a la ausencia de los máximos responsables de la matanza, Del Ponte calificó de "etapa importante" el juicio ayer reanudado, aunque insistió en que no se habrá hecho justicia hasta que Karadzic y Mladic hayan sido detenidos.

Otro de los fiscales, Peter Mc Closkey, subrayó que los líderes serbobosnios concibieron un plan para expulsar a la población musulmana del este de Bosnia y que Karadzic y Mladic cometieron "el acto supremo de arrogancia e impunidad".