La OTAN pidió ayer al Gobierno ruso un "diálogo constructivo y creativo" para asegurar la continuidad y viabilidad del crucial Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FCE), después de recibir un duro memorando de Rusia en el que confirma que dejará de participar en los compromisos del tratado a partir del 12 de diciembre. La OTAN expresó su disposición a celebrar una conferencia extraordinaria en Viena para debatir las preocupaciones del Ejecutivo ruso.

El Gobierno de Vladimir Putin justifica su decisión por el plan norteamericano de instalar en Polonia y la República Checa su polémico sistema de interceptación de misiles, por la ampliación de la OTAN hasta las fronteras de Rusia, por la construcción de bases militares norteamericanas en Bulgaria y Rumanía y por la no ratificación por parte de los aliados de la nueva versión revisada del tratado de 1999.

Los aliados se niegan a ratificar el tratado hasta que Rusia no se retire de Moldavia y Georgia. Moscú cree que se le imponen exigencias excesivas y se limita el movimiento de sus fuerzas en sus flancos, mientras EEUU refuerza posiciones en la frontera rusa.