La matanza de 3.000 manifestantes en 1988 tardó días en conocerse, mientras que la actual crisis se retransmite casi al minuto gracias a internet. Birmania, que ocupa el puesto 164 de 168 países en cuanto a libertad de prensa, ha acentuado el control de la red. El miércoles cerró tres blogs que reunían fotos y vídeos captados con teléfono móvil, que llegaban así a la prensa en el exterior. Cuando los autores intentan entrar ven el mensaje de "acceso denegado". También ha sido desconectado el popular YouTube, donde abundaban vídeos de las manifestaciones. En los escasos cibercafés la velocidad de transmisión ha caído aún más, e impide en la práctica la transferencia de archivos pesados, como fotos. Entre los cibernautas corre el rumor de que el acceso a internet va a ser cortado por completo.