El jefe del FSB ruso (el antiguo KGB), Nikolai Patruchev, acusó a los servicios secretos extranjeros de intensificar sus actividades en Rusia tras la convocatoria de las elecciones legislativas --diciembre-- y presidenciales --marzo del 2008--. Patruchev denunció a los servicios británicos por "influir en la situación política interna", a los de Turquía por moverse en las regiones rusas de musulmanes y a los de Pakistán por "pretender acceder a las tecnologías militares". Moscú acusa a Washington y a Londres de usar a Polonia, Georgia y a los países Bálticos para espiarla.