La V Cumbre de las Américas se inició ayer en Trinidad y Tobago con la promesa de convertirse en un hito histórico en lo que hace a las difíciles relaciones entre EEUU y Cuba. "Sentimos que la política estadounidense hacia Cuba ha fracasado", reconoció, antes de la apertura formal del encuentro, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. Y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, propuso terminar en Puerto España con la exclusión de Cuba de ese sistema continental. Semejante sugerencia habría resultado hasta hace muy poco un desafío a los intereses de Washington.

Insulza solo hizo esta declaración después de que Clinton pareciera querer decir lo mismo, aunque de manera ambigua. La secretaria de Estado admitió que la estrategia seguida hacia La Habana por todas las administraciones que se enfrentaron a Fidel Castro no ha servido de mucho. Y lo dijo frente al presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, alguien con contactos con los hermanos Castro.

AGENDA ABIERTA La secretaria de Estado valoró también la disposición cubana a dialogar con EEUU con agenda abierta. "Le hemos mandado decir al Gobierno norteamericano, en privado y en público, que estamos abiertos, cuando ellos quieran, a discutirlo todo", había dicho el presidente cubano Raúl Castro, el jueves por la noche desde Venezuela. Castro agregó: "Pero debe ser en igualdad de condiciones, sin la más mínima sombra sobre nuestra soberanía".

La declaración no se aparta de otras precedentes de la diplomacia cubana. Lo que ha cambiado de una manera sustancial es el contexto político. "Le damos la bienvenida a sus propuestas", dijo, tal vez por esta razón, Clinton. "Estamos evaluando muy seriamente esto y consideraremos cómo responder", remarcó.

Cuba no ha sido "invitada" a la V Cumbre. Pero algo de su futuro se está jugando en Puerto España. Tal es el peso de la "cuestión cubana" que ha relegado a un segundo plano otros asuntos cruciales, como la forma de afrontar los efectos de la crisis económica mundial.

El presidente de EEUU, Barack Obama, se encuentra ante una región que reclama en conjunto el fin del embargo comercial, vigente desde 1962, el mismo año en que Cuba fue expulsada de la OEA por pertenecer al inexistente "eje chino-soviético". Las peticiones de Brasil, Argentina y Venezuela entran en el orden de lo predecible. Pero, en vísperas de la V Cumbre, Obama ha escuchado lo mismo en boca del presidente mexicano, Felipe Calderón. Y hasta el presidente colombiano, Alvaro Uribe, se ha sumado a esas demandas.

Los tiempos en los que la diplomacia norteamericana alineaba detrás suyo a América Latina sin encontrar mayores resistencias también son parte del pasado que se quiere dejar atrás. Ahora, al menos en lo que respecta a Cuba, la presión proviene de la región. EEUU ha advertido de que no puede hacerse el distraído. Muchos especialistas coinciden en que el éxito o fracaso de la V Cumbre dependerá de la respuesta de Washington.

Antes de llegar a Trinidad y Tobago, Obama dijo en México que "no es realista" esperar que una situación "congelada en los últimos 50 años cambie de la noche a la mañana". En Puerto España escuchará, no obstante, peticiones enfáticas de que acelere los acontecimientos.

LA CARTA DE FIDEL Fidel Castro también dijo lo suyo desde La Habana. "No tememos dialogar; no necesitamos inventar enemigos", señaló en su última "reflexión". La nueva "carta" de Castro tuvo como excusa el análisis de una misiva que 12 militares estadounidenses en la reserva, entre ellos el "zar de las drogas" en la presidencia de Bill Clinton, Barry McCaffrey, y el exjefe de Gabinete del exsecretario de Estado Colin Powell, Lawrence B. Wilkerson, le enviaron a Obama. En ella se le insta a "apoyar" una ley que acabe con la prohibición de viajar a Cuba de todos los norteamericanos y se sostiene que el embargo no sirve a los propósitos políticos y de seguridad de Washington.

Los firmantes de la carta, opinó Fidel, "no apelan al uso de las armas, sino a la lucha de ideas, algo diametralmente opuesto a lo que han hecho los políticos" de EEUU.

Sin embargo, la normalización de los vínculos entre EEUU y La Habana no será algo sencillo. Prueba de ello la dieron el propio portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood, al volver a pedir ayer que La Habana "libere a los presos políticos, permita la libre circulación de información y la libertad de reunión". Raúl Castro exigió que Washington "suelte" a los "cinco héroes que no hicieron ningún daño a EEUU", en relación a los cubanos condenados en Miami por espionaje, y que la isla califica de presos políticos.