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TRAS LAS FIESTAS

Al menos 19 muertos en un tiroteo entre militares y sicarios en el norte de México

Miles de personas se desplazan de Ciudad Juarez a EEUU con motivo del bicentenario del país por la inseguridad. Felipe Calderón lanza los vivas por los héroes de la independencia en una celebración multitudinaria en la capital

Un tiroteo entre militares y delincuentes en el norteño Estado de Nuevo León (fronterizo con EEUU) ha concluido con 19 sicarios muertos, informaron fuentes oficiales. El suceso tuvo lugar sobre las tres de la tarde del miércoles (20.00 GMT) en la carretera entre los municipios de General Treviño y Cerralvo -a unos 100 kilómetros al este de la capital Monterrey- cuando los soldados se toparon con un convoy de varias camionetas, en el que viajaban hombres armados.

A los sicarios les decomisaron alrededor de 12 camionetas y armamento de grueso calibre, entre las que sobresale un fusil Barret calibre 50, capaz de perforar gruesos blindajes y con un alcance de kilómetros, así como granadas de fragmentación y lanzagranadas.

MEDIDAS DE SEGURIDAD

Según la Procuraduría de Justicia estatal, tras el tiroteo -sucedido en los límites con el vecino y violento Estado de Tamaulipas- se reforzaron las medidas de seguridad en Monterrey, tercera metrópoli del país, que hoy celebra como todo México el Bicentenario de la Independencia.

Ante la posibilidad de ataques por parte del crimen organizado, tres helicópteros y efectivos de los cuerpos de seguridad vigilan la urbe, donde en los últimos meses se han registrado más de 500 muertos, gran parte de ellos atribuidos a la pugna entre cárteles del narcotráfico.

Las cercanías del municipio de General Treviño fueron objeto recientemente escenario de otro enfrentamiento entre el Ejército y el crimen organizado, en el que murieron 25 sicarios del cártel de Los Zetas, en un rancho que usaban como campo de entrenamiento.

El Ejército es empleado desde finales del 2006 como punta de lanza en la lucha contra el narcotráfico que emprendió el Gobierno federal; los soldados se apostan regularmente en las carreteras del país, especialmente en los estados fronterizos del norte. Desde diciembre del 2006, el país acumula más de 28.000 muertos.

MILES DE PERSONAS VAN A EEUU A CELEBRAR EL BICENTENARIO

Miles de vecinos de Ciudad Juárez se han desplazado a EEUU para celebrar el bicentenario de México. La inseguridad de la población, la urbe más violenta del país, ha obligado a unas 10.000 personas a celebrar el tradicional Grito de Independencia al otro lado de la frontera, en la ciudad estadounidense de El Paso.

Tanto aquellos que se han exiliado de la localidad para huir de la violencia de los cárteles de la droga como los decepcionados por la cancelación de los festejos no han tenido otro remedio que celebrar el Bicentenario de la Independencia de México en los vecinos EEUU.Ciudad Juárez acumula solo en lo que va de año más de 2.000 muertos atribuidos al crimen organizado, y en años anteriores ha registrado cerca de un tercio del total de asesinatos contabilizados en el país como obra de las mafias de la droga.

MÉXICO CELEBRA EL BICENTENARIO

Entre majestuosos fuegos artificiales, un coloso de Rodas al estilo mexicano y un ejército de bailarines aéreos, México celebró anoche el Bicentenario de su Independencia en estado de máxima alerta ante posibles atentados del narcotráfico. Exactamente a las 11 de la noche, el presidente Felipe Calderón salió al balcón del capitalino Palacio Nacional con la bandera tricolor en sus manos y lanzó vivas a los héroes de la independencia, ante un abarrotado Zócalo (la mayor plaza del país).

Decenas de miles de personas seguían allí la llamada ceremonia del Grito de Dolores, mientras centenares de miles congregados en el paseo de la Reforma contemplaban el ritual por pantallas gigantes, todos con el orgullo de ser mexicano brincando en cada célula. Previo al Grito -réplica del que el cura Miguel Hidalgo, padre de la Patria, diera en el pueblo de Dolores en 1810 para llamar a las armas-, un coloso de 20 metros de altura y ocho toneladas fue izado en mitad del Zócalo.

La estatua, a semejanza de un insurgente con una espada rota en la mano, quiso simbolizar la titánica reconstrucción de un país tras la batalla. Posteriormente, decenas de bailarines suspendidos del cielo parecían danzar sobre la nada, deslizándose por una fina y casi invisible red, formando el nombre de México con sus cuerpos. Uno de ellos fue impulsado por un poderoso chorro de aire desde el suelo a las alturas. Acto seguido, comenzó a llover fuego sobre el Palacio Nacional en un concierto de llamas, previo a la aparición del Presidente. Calderón salió, tocó la campana y ejecutó los tres "¡Viva México!" habituales, este año más especiales que nunca.

FUEGOS COMO LOS DE BARCELONA 92

Los fuegos artificiales de la noche, extendidos al dorado monumento del Ángel, corrieron a cargo de los responsables de los de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y Sidney 2000, acabada la ceremonia. La carestía de los festejos y su idoneidad, en medio de una fuerte crisis de seguridad y con millones de familias atenazadas por la pobreza durante décadas, han marcado en los últimos meses un arduo debate en todo el país.

Tras el Grito, se descargó en parte la tensión de los músculos del Ejecutivo, en máxima alerta desde hace días ante posibles atentados. El temor del Gobierno es que pudiera repetirse en fecha tan señalada uno o más ataques similares al que vivió la sureña ciudad de Morelia en el Grito del 2008, cuando ocho personas murieron y decenas quedaron heridas a consecuencia del lanzamiento de granadas. Por ello, la capital, centro neurálgico de los festejos, quedó blindada con 40.000 policías, además de la presencia de fuerzas federales de seguridad.

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