El fuego entre aliados, adversarios, traidores, tránsfugas y conjurados se cruzaba ayer por la tarde entre los palacios de la política de Roma con una intensidad nunca vista, a la búsqueda de una solución para que Silvio Berlusconi dimitiera sin dimitir del todo, formase otro gabinete ampliado a los moderados disidentes y la legislatura pueda seguir hasta el 2013. Sin embargo, a última hora Berlusconi rechazó una oferta de los disidentes para evitar hoy una moción de censura, a la que finalmente se someterá.

A primera hora de hoy, en una ciudad policialmente blindada por las protestas de universitarios, catedráticos, investigadores y víctimas del terremoto de L´Aquila, el Senado vota una moción de confianza al Gobierno. Poco después, antes del almuerzo, entrará en escena el Congreso con dos mociones de censura contra Berlusconi, presentadas por el progresista Partido Democrático (PD) y la moderada Unión Democrática de Centro (UDC), ambos en la oposición. A la segunda de las mociones se adhieren también los exaliados de Berlusconi, actualmente sus adversarios, de Futuro y Libertad para Italia (FLI), liderados por Gianfranco Fini, presidente del Congreso.

´SOLO ANTE EN PELIGRO´ Termine come termine la jornada, uno de los dos --Fini o Berlusconi-- quedará tocado políticamente, según da a entender el calibre del fuego que ambos se cruzan desde el pasado verano y que hoy se plasmará en una escena digna de Solo ante el peligro. Fini lleva meses enfrentado a Berlusconi y a él se han unido los moderados de la UDC y los progresistas del PD y de Izquierda de los Valores (IDV).

"El Gobierno ha llegado a los postres", dijo ayer a Berlusconi Lorenzo Cesa, secretario de la UDC. "Italia está triste", había gritado el domingo el progresista Pierluigi Bersani, en una manifestación en Roma para pedir la dimisión de Berlusconi. "¡Basta ya de esta dictadura!", repite obsesivamente en todas las pantallas Antonio di Pietro, de IDV.

Hasta la pasada semana, los opositores contaban con aproximadamente 10 votos de ventaja a favor de la moción de censura. Pero según han relatado todos los medios, Berlusconi no se dio por vencido y ha presionado a los diputados más frágiles.

En el debate sobre la moción de confianza del Senado, Berlusconi ofreció ayer un pacto de legislatura a disidentes y traidores, definiendo la crisis como "una locura". Pero a las pocas horas llegó la contraoferta de los finianos, probablemente la última, por la que propusieron al jefe del Gobierno que se deje batir en el Senado, para evitar las mociones del Congreso. A cambio, estos ofrecían un pacto de legislatura. Pero Berlusconi rechazó la oferta, aduciendo que no se somete "a ninguna orden".