Nació en plena autocracia y creció en un país donde estaba prohibida la música denuncia, pero era muy joven para entender los conceptos de censura y falta de libertad. Tenía 16 años cuando dejó el colegio. Su vida era la rima, llevar pantalones anchos, una gorra con diseños agresivos, sudadera americana, y unas zapatillas deportivas.

"¡La gente malvive!", afirma la incipiente estrella del rap. Esta fue la raíz de inspiración para el protagonista de esta historia que luego se vio reforzada cuando en uno de sus cumpleaños le regalaron un micro, y echó su imaginación a volar partiendo de las injusticias a las que se enfrentaba. "Cada día ocurría algo en mi entorno y la única forma de contestar era escribiendo letras revolucionarias", dice El General. Bajo este seudónimo le conoce su público, pero su nombre es Hamsa Ben Amor.

Como la pólvora

"Yo soy alguien peligroso aquí, bueno, era...", afirma a esta periodista este joven que con solo 21 años se ha convertido en el icono de la revuelta de Túnez. Durante varias semanas el pueblo estuvo compungido por la celeridad con la que los secuaces de Ben Alí le capturaron y lo encerraron en el Ministerio del Interior.

El pasado 7 de noviembre, El General se plantó delante de una cámara y con ojos enfurecidos se dirigió a ritmo de rap a Ben Alí: "Presidente, tu pueblo esta muriendo de hambre y mucha gente debe comer de la basura" La canción se difundió por Facebook y corrió como la pólvora. "Me detuvieron varios días, pero no me torturaron aunque me vejaron, me humillaron e insultaron", recuerda ahora.

Un mes después, en mitad de las protestas de los jazmines y en honor al joven Mohamed Buazizi, que se quemó a lo bonzo como señal de indignación por el régimen despótico, el rapero lanzó otro canción: "Los tunecinos jamás abandonaremos a nuestro país". Un tema aún más duro contra Ben Alí. "Aquí hablé de la represión y fueron, de nuevo, a mi caza".

Pero cuando le echaron el guante ya era tarde. Ben Alí había huido del país. Como en las películas de Hollywood, el malo desaparecía y el bueno era admirado por su heroicidad. "Me hubiera encantado ser tu padre", le dijo su abogado.

El General se ha convertido en la voz de la revuelta y de la transición política. Y aunque sus canciones ya se escuchan en los taxis, comercios y televisiones, su carrera musical solo acaba de empezar. "He vuelto a lanzar una última canción que se llama Viva Túnez, pero en ella he reflejado que tenemos que seguir trabajando por la democracia y lanzo una advertencia a los nuevos dirigentes: los ciudadanos estaremos vigilantes si no cumplís con las promesas".