La radiación supera el límite permitido en una ciudad que está fuera del perímetro de 30 kilómetros de la central nuclear de Fukushima, muy dañada por el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo y donde el Gobierno japonés ha aconsejado a los residentes no salir al exterior, según ha informado este martes la televisión pública NHK. En la localidad de Namie, a poco más de 30 kilómetros al noroeste de la planta, se han detectado 10,3 milisieverts por hora cuando el Ejecutivo nipón ha situado en 10 milisieverts por hora el límite a partir del que se aconseja a las personas permanecer a resguardo en sus casas y no salir al exterior. Pese a los niveles de radiactividad detectados en Namie, la Agencia para la Seguridad Nuclear de Japón ha descartado ampliar el perímetro de seguridad dado que considera que ese nivel de radiactividad está muy limitado a una zona concreta. El Ejecutivo evacuó a los residentes en un radio de 20 kilómetros de la planta nuclear y recomendó a quienes vivan en hasta 30 kilómetros que permanezcan a resguardo o se vayan de sus casas ante la dificultad para conseguir avituallamientos. La semana pasada, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aconsejó la evacuación del pueblo de Itate, a 40 kilómetros de la central, por los elevados niveles de radiación registrados si bien al día siguiente señaló que los niveles retornaron a los límites permitidos. Padres preocupados Mientras, las autoridades del área de Fukushima han empezado este martes a medir los niveles de radiación en 1.400 guarderías y colegios de la provincia ante el inicio del año escolar, que en Japón comienza en abril. La medida se toma a petición de los padres, preocupados por saber si sus hijos podrían ir andando al colegio o jugar en el patio en las cercanías de la maltrecha planta nuclear, operada por la empresa Tepco. En la central nuclear, los operarios de Tepco continúan su lucha titánica para poner en marcha los sistemas de refrigeración de los reactores nucleares. El problema más acuciante al que se enfrentan ahora es el agua radiactiva que inunda varios edificios de la central y la filtración al mar de agua altamente contaminada que podría proceder del núcleo del reactor 2. Desde el lunes, Tepco está arrojando al mar unas 11.500 toneladas de agua radiactiva procedente de depósitos especiales y del sótano de los reactores 5 y 6, las únicas de las seis unidades de la central que están por ahora controladas. Ese agua excede cien veces el límite legal de yodo-131, un nivel relativamente bajo en comparación con el del agua que inunda algunas áreas de la planta, con una radiación hasta 100.000 veces superior a lo permitido, según han reconocido las autoridades niponas.