Nueva emergencia humanitaria en el Mediterráneo. El barco Ocean Viking, de las oenegés SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF), pidió ayer a Italia y Malta un puerto seguro para desembarcar a las 218 personas que lleva a bordo tras cuatro operaciones de rescate. Malta informó de que el país se hará cargo de los 36 rescatados en la última operación, ayer, porque tuvo lugar en la zona de rescate maltesa. Libia ha propuesto el puerto de Khoms, pero ambas oenegés han rechazado la oferta al considerar que no es un destino seguro para los migrantes, pues allí son detenidos, torturados e incluso esclavizados. Según MSF, en la última semana, las autoridades libias han retornado a la fuerza a más de 495 migrantes a sus países de origen.

Mientras se producen estos rescates, siguen llegando por su cuenta migrantes a la isla italiana de Lampedusa tras el viraje en la política de puertos cerrados de Italia impuesta por el ya exministro del Interior Matteo Salvini. En las últimas dos semanas, la isla ha recibido más de 600 migrantes y el centro de acogida está desbordado. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha pedido en Bruselas que los países europeos promuevan un mecanismo automático de redistribución de los migrantes.

El próximo lunes se reunirán en La Valeta los ministros del Interior de Italia, Malta, Francia y Alemania para acordar este sistema, por el que Italia se quedaría con el 10% de los migrantes que desembarquen en sus costas. Sin embargo, España rechaza este mecanismo porque considera que solo afectará a los rescatados en el Mediterráneo central por barcos de oenegés y dejará al margen a los que llegan a las costas españolas.