Crisis del sector primario

Los agricultores franceses aflojan la presión tras nuevas concesiones del Gobierno de Macron

Las direcciones de los principales sindicatos agrícolas piden la suspensión de los cortes de carreteras, aunque no todos los campesinos siguen la consigna

Varios tractores de agricultores franceses durante el corte de la A-9 francesa en las inmediaciones de la frontera con España, a 1 de febrero de 2024, en Le Boulou (Francia).

Varios tractores de agricultores franceses durante el corte de la A-9 francesa en las inmediaciones de la frontera con España, a 1 de febrero de 2024, en Le Boulou (Francia). / Lorena Sopêna - Europa Press

Enric Bonet

Los sindicatos agropecuarios aflojan la presión en Francia. Los dirigentes de la FNSEA y los Jóvenes Agricultores —principales organizaciones del sector primario en el país vecino— han pedido este jueves por la tarde "la suspensión de los bloqueos" en autopistas, carreteras o centros logísticos, que empezaron el 18 de enero. Tras dos semanas de ebullición en el campo francés, el Gobierno de Emmanuel Macron vislumbra una puerta de salida a esta crisis, aunque no está claro que todos los agricultores sigan la consigna de los principales dirigentes sindicales del sector.

"Consideramos que tenemos que cambiar nuestros modos de acción y pedimos (…) una suspensión de los bloqueos e iniciar una nueva forma de movilización", ha asegurado Arnaud Gaillot, presidente de los Jóvenes Agricultores, durante una rueda de prensa en la sede de la FNSEA, en París. Arnaud Rousseau, responsable del principal sindicato agrícola, ha destacado que "nos han escuchado en algunos aspectos, con avances tangibles". 

Ambos dirigentes sindicales hicieron este anuncio tras nuevas concesiones por parte del primer ministro, Gabriel Attal. Por ejemplo, un fondo de 150 millones de euros para la ganadería, la renuncia a un plan de reducción de pesticidas —ya estaba en la cuerda floja desde hacía meses— o la elaboración de una ley sobre la soberanía alimentaria. El Ejecutivo Macron-Attal ya había renunciado la semana pasada a retirar de manera progresiva la subvención fiscal al diésel rural. Ante la petición del Gobierno francés, la Comisión Europea ha aceptado una derogación de otra medida medioambiental: el porcentaje de un 4% de tierras en barbecho para proteger la biodiversidad.

¿El final de los cortes de autopistas?

La FNSEA y los Jóvenes Agricultores habían iniciado el lunes el "asedio" de la región de París. Con esa fórmula tremendista, bautizaron la ocupación y cortes de circulación en ocho de las principales autopistas y carreteras de la Île-de-France. Decenas de otros bloqueos parecidos se han reproducido en otros puntos del territorio galo desde hace más de una semana, así como otras acciones más contundentes, como los saqueos de camiones con productos extranjeros o los vertidos de productos agrícolas en edificios de la administración o la gran distribución. Incluso este jueves han lanzado bloques de paja en medio de los Campos Elíseos

"No vamos a responder en 10 días a 20 años de malas decisiones y orientaciones", ha reconocido Gaillot. Rousseau, de la FNSEA y conocido por poseer una gran explotación de cereales y ser un firme defensor de la agricultura industrial, ha pedido a los agricultores movilizados que "regresen de manera ordenada a sus granjas". Pese a la petición de los dirigentes sindicales, los campesinos movilizados parecían más dubitativos a la hora de poner punto final a los bloqueos

"De momento, no nos movemos. No hemos obtenido ninguna de las medidas de urgencia", dijo al diario Libération Damien Greffin, un responsable regional de la FNSEA que lleva las riendas del bloqueo en la autopista A6, en el sur de la región parisina. La Coordinación Rural y la Confédération Paysanne —el tercero y el cuarto con mayor representatividad en el sector— han afirmado que mantienen la movilización y los cortes de carretera.

Bruselas promete menos papeleo

Pese a esta incertidumbre, las concesiones hechas durante la última semana por Macron parecen dar los primeros resultados. El presidente francés ha destacado la oposición de Francia al tratado de librecambio con Mercosur (principales países de América Latina) —al menos en su forma actual—. Y ha presumido de que ese acuerdo "no haya sido firmado deprisa y corriendo", durante una rueda de prensa en Bruselas, donde unos 1.200 tractores han bloqueado la circulación en la zona del Parlamento Europeo.

Tras reunirse con Ursula von der Leyen en la capital belga, Macron ha propuesto a la presidenta de la Comisión Europea la elaboración de una legislación europea que enmarque las relaciones entre la gran distribución y los campesinos, siguiendo el ejemplo de las leyes Egalim en Francia, donde sus efectos y mala aplicación han dejado descontentos tanto a los campesinos como las asociaciones de consumidores. También ha defendido la creación de un organismo europeo de control sanitario y agrícola para "evitar la competencia desleal". La presidenta de la Comisión ha prometido, por su lado, que la Unión Europea "reducirá la carga administrativa" de los agricultores.

"El movimiento de los campesinos reivindicaba ingresos decentes para todos y el Gobierno responde con un derecho a contaminar", ha criticado el secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure, en la red social X. La respuesta del Ejecutivo macronista a este malestar del campo corre el riesgo de dejar a la agricultura ecológica como la gran sacrificada. Aunque Macron vislumbra el final del túnel de esta crisis, sus concesiones han dejado de lado el problema de la remuneración en una profesión marcada por un ingreso medio inferior al salario mínimo. Y también han supuesto un retroceso respecto a la transición verde de un sector responsable del 20% de las emisiones de CO2 en Francia.