Incendios

Chile lucha sin descanso contra la "tormenta de fuego" que ha dejado al menos 112 muertos y 400 desaparecidos

El presidente Boric asegura que se trata de "la tragedia más grande" que ha vivido el país desde el terremoto de 2010, en el que fallecieron 525 personas

Desoladora imagen de un vecindario completamente arrasado por las llamas en Valparaíso (Chile)

Agencia ATLAS / Foto: EFE

Abel Gilbert

Los chilenos han tenido que encontrar nuevas palabras para nombrar el desastre que, al paso voraz de las llamas, ha provocado la muerte de 112 personas y la destrucción de 15.000 viviendas en la región de Valparaíso, unos 100 kilómetros al este de Santiago, y sus alrededores. "Tormenta de fuego" es como se ha empezado a denominar estos incendios sin precedentes en los que convergen el cambio climático, las sospechas de que podrían haber sido provocados, las deficiencias estatales y el arrojo desinteresado de hombres y mujeres que salieron a rescatar a quienes estaban en peligro. El presidente, Gabriel Boric, aseguró que se trata de "la tragedia más grande" que ha vivido el país "desde el terremoto del 27-F". Aquel día de 2010 fallecieron 525 ciudadanos. Sin embargo, ese número del espanto podría ser rebasado con los incendios actuales. Macarena Ripamonti, la alcaldesa de Viña del Mar, el principal distrito balneario de Chile, que se encontraba al inicio de su temporada estival y también quedó bajo la amenaza de los incendios, ha hablado de casi 400 desaparecidos.

Boric reunió este lunes al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) para abordar un desastre sin precedentes. Los incendios en el sur del país del año pasado provocaron 27 decesos. Las escenas de muerte, dolor y desesperación han aumentado. "Una de las urgencias más acuciantes es recuperar los cuerpos de las personas que han fallecido, esto es prioritario porque sabemos la angustia y el dolor terrible y lacerante que tienen los familiares, los seres queridos, y a todos quienes en el proceso de rescate de remoción de escombros les toca encontrarse con el cuerpo de una persona fallecida", dijo el mandatario, antes de reunirse con los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, los directores de Carabineros (policía militarizada), las autoridades del Supremo, el Congreso, y las ministras de Defensa y de Interior, Maya Fernández Allende y Carolina Tohá. "Creo que es bueno que las autoridades del Estado tengamos espacio para entendernos en esta materia y creo que es fundamental para la tranquilidad de todos", dijo el senador de derechas Juan Antonio Coloma. La catástrofe ha logrado atenuar por unos días los agrios enfrentamientos entre un Gobierno de izquierdas y la oposición.

El Ejecutivo ha decretado el estado de excepción para poder movilizar los recursos necesarios, agilizar la llegada de servicios de emergencia y evitar desplazamientos innecesarios. Rige el toque de queda desde el viernes por la noche en las comunas de Quilpué, Viña del Mar, el principal centro balneario chileno, Villa Alemana y Limache.

Factores desencadenantes

El siniestro de proporciones coincide con una de las olas de calor más intensas de los últimos años, con temperaturas que han rozado los 38 grados en la zona central. El fenómeno del Niño, el calentamiento global y las características topográficas de las regiones afectadas no son ajenas a lo ocurrido. De acuerdo con el geógrafo Marcelo Lagos, las escenas que provocan estupor colectivo se repetirán. "La excepcionalidad viene a quedarse", dijo a la cadena televisiva TVN. Muchas personas, dijo, no evacuaron a tiempo. "Nunca había visto esto donde vivían". Lagos llamó a repensar las políticas ambientales. "Como dijo la ONU, la sorpresa es la nueva normalidad. Eso cuesta, porque esto nunca había sucedido y cada año somos sorprendidos. La invitación que hay que hacer a la comunidad y las autoridades es que estas sorpresas vienen para quedarse, por eso necesitamos nuevas formas de habitar".

Las dificultadas para reaccionar a la altura de la gravedad de los hechos se pusieron de manifiesto de inmediato. El exsubdirector de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior, Víctor Orellana, admitió en ese sentido que "estamos confiando demasiado en el Sistema de Alerta de Emergencias (SAE) y que no está dando el ancho (no alcanza)", entre otras razones porque el fuego destruyó antenas y las comunicaciones pueden no llegar "a nadie". Uwe Rohwedder, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Chile, aportó precisiones sobre el desconcierto de las últimas 72 horas. "Lo más dramático que hemos visto es que no tenemos cultura cívica y resguardo de cómo actuar en estas situaciones". "Hubo casos de personas que murieron atrapadas dentro de sus autos tratando de arrancar. Esto habla de que no hemos sido capaces de trabajar con la gente en terreno, así como lo hemos hecho con los terremotos y los tsunamis", añadió.

Posibles sospechosos

Las tareas de esclarecimiento de lo sucedido, dijo Boric, se llevarán "hasta las últimas consecuencias y con todos los recursos necesarios". El contraalmirante Daniel Muñoz ha asumido la dirección y vigilancia de la catástrofe por los incendios forestales que han arrasado cerca de 8.500 hectáreas. El militar dijo a Radio ADN que se detectaron "indicios" de "un patrón de comportamiento que indica que hay una planificación (…) algo orquestado y organizado". Fueron arrestadas cuatro personas por los incendios que consumieron casi la totalidad del Jardín Botánico en Viña del Mar y que dejó cuatro víctimas fatales.

Los daños materiales de estos nuevos incendios no han sido aún cuantificados. Se sabe que serán de un impacto profundo en la economía regional y las vidas de quienes han perdido todo. Aquellos que vieron convertir sus casas en cenizas y los que han podido preservarlas están por estas horas unidos frente a un pánico común: los saqueos y la violencia. Han comenzados a realizar rondas para protegerse.