En torno al 10% de la población infantil extremeña menor de 14 años presenta algún tipo de trastorno que precisa tratamiento psiquiátrico, según aseguró José Ramón Gutiérrez Casares, jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz.

En cuanto al tipo de problemas mentales más frecuentes, Gutiérrez Casares se remitió a un estudio elaborado por la unidad que dirige, que abarcó los tratamientos dispensados a lo largo de una década a niños y niñas enviados al hospital desde Atención Primaria, y que indica que el grupo de diagnóstico más relevante es el de los denominados Trastornos de Eliminación, que afectarían a más del 28% de los menores tratados. El psiquiatra explicó que este trastorno recoge principalmente la enuresis (niños que se orinan en la cama), y que es atribuible a problemas situacionales del niño, a una mala educación de los hábitos y a inmadurez o alteraciones del desarrollo evolutivo.

Inmediatamente después de este problema se situarían los llamados Código V , que abarcan "situaciones clínicas que pueden necesitar un tratamiento pero que no son trastornos mentales en sí", y que pueden deberse a circunstancias familiares o a problemas de adaptación personal, con los padres o en la escuela. En este grupo estaría el 11,6% de los menores estudiados.

CONDUCTAS DESTRUCTIVAS

En tercer lugar, con un 8,8% de casos según los resultados del informe, se colocarían los trastornos por conductas perturbadoras, que son quizá, los que motivan una mayor preocupación en los padres. Aquí se incluyen desde los niños hiperactivos (el 2% o 3% del total) hasta los que presentan "conducta desafiante", es decir, según Gutiérrez Casares, "los que se portan mal y, además, son un poco chulitos", situación que se da más en niñas que en niños.

Asimismo, existe en este colectivo un pequeño porcentaje (el 1,6% del total de los menores estudiados) cuya conducta perturbadora va más allá, y se convierte en destructiva.

"No se trata de delincuentes, porque luego sufren y se sienten mal por lo que han hecho, además de padecer inadaptación", explicó el psiquiatra, aunque agregó que "de ellos, un tercio termina integrándose, otro tercio sigue presentando problemas pero intenta adaptarse, y los restantes se convierten en inadaptados sociales".

En menores porcentajes se encontrarían los niños y niñas que padecen trastornos del desarrollo, ya sea del lenguaje o de las habilidades motoras; trastornos adaptativos, con alteración de las emociones; problemas de ansiedad (más frecuentes en la población femenina, pero con diferencias no tan acentuadas como la que se da entre adultos); trastornos de la conducta alimentaria o problemas de sueño.