En la provincia de Cáceres la suerte ha sorprendido este año a su capital y a la localidad de Coria, donde el Sorteo Extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional repartió ayer 260.000 euros (algo más de 43 millones de pesetas), un pellizco de la tarta millonaria que en su mayor parte --más de 210.000 euros-- se quedaron los caurienses.

En Coria se quedó uno de los dos cuartos premios del Sorteo, 210.354 euros (35 millones de pesetas) en 10 décimos del número 18.963; y en Cáceres un quinto premio, 48.000 euros (ocho millones de pesetas) en 10 décimos del número 30.412.

Estos dos premios se cantaron con menos de una hora de diferencia. Faltaban apenas unos minutos para las diez de la mañana cuando los Niños de San Ildefonso --Oscar Armero de la Vega y Sergio Criado Gálvez-- cantaban el número 18.963, uno de los dos cuartos premios del Sorteo de Navidad, del que la Administración de Lotería número 2 de Coria, El toro de Coria , había vendido una serie, 10 décimos premiados cada uno de ellos con 21.035 euros (3,5 millones de pesetas).

Tres cuartos de hora después, hacia las once menos cuarto, Cáceres se veía sorprendida con el tercero del quinto premio, el número 30.412, dotado con 48.000 euros por serie, de los que la Administración 8 había vendido 10 décimos, agraciado cada uno de ellos con 4.800 euros (unas 800.000 pesetas).

SORPRESA Y ALEGRIA Los responsables de ambas administraciones se mostraron muy satisfechos, ya que aunque reconocieron que no era mucho el dinero que se había repartido, "dar un premio supone siempre una gran felicidad", reconocieron.

Tanto en la administración de Coria, regentada por Eulalio Trancón, como en la de la calle cacereña de Antonio Silva, que regenta María José Sanguino, todos los décimos premiados se vendieron en ventanilla y según sus responsables parece que de ninguno se han hecho participaciones, "por lo que parece lógico pensar que los agraciados serán veinte, uno por décimo".

Para María José Sanguino ésta es la primera vez que da un premio de la lotería, aunque no de la primitiva o la quiniela; mientras que Eulalio Trancón ya conocía la alegría que supone dar un premio en la Lotería de Navidad, pues en el año 1977 también un cuarto premio le permitió repartir entre los vecinos de su localidad 4.000 millones de las pesetas de entonces.

Otro premio sorprendió también a Cáceres. No fue el gordo , pero en el bar Adarve se vivió como si lo fuera. Los dos últimos números del primer premio en el número que jugaba el establecimiento les dio la alegría.