En torno a 200.000 extremeños sufren dolor crónico, es decir, llevan más de seis meses (en algunos casos, años) padeciendo algún tipo de dolor durante la mayor parte del día. Esta es la cifra que maneja el coordinador del Programa Regional del Dolor, Manuel Jiménez, quien indica que "aunque no contamos con datos específicos de Extremadura --muy difíciles de conseguir, ya que en muchos casos se trata de dolencias que no están diagnosticadas o de las que no se conoce la causa--, aplicamos la media nacional, ya que se estima que un quinto de la población adulta sufre este problema".

"Los peores casos son aquellos en los que no se sabe qué motiva el dolor --detalla el doctor Jiménez--, ya que sin conocer la causa, muchas veces, no se puede administrar el remedio". Entre las patologías más frecuentes de los pacientes con dolor crónico, destacan las lumbagias, la fibromialgia, el dolor neuropático y la osteoartrosis. Para mejorar la situación de estos enfermos, el responsable del Programa Regional del Dolor apuesta no solo por mejorar su tratamiento, sino también por la prevención y la "educación para la salud".

LABOR DIDACTICA En este sentido, resalta que, en primer lugar, "hay que cambiar la mentalidad, no solo de los pacientes, sino también de los médicos, porque hasta ahora era habitual pensar que el dolor era algo normal e inevitable". Para ello, el personal de las tres Unidades del Dolor con que cuenta Extremadura --Badajoz, Cáceres y Don Benito; a las que próximamente está previsto que se una Plasencia--, trabaja para mejorar el tratamiento de los pacientes, así como cambiar sus hábitos para que adopten los que más pueden beneficiar a su salud (hacer ejercicio, controlar su peso...).

"Entendemos que es esencial mejorar la atención que el paciente recibe en el centro de salud, que es donde va primero", señala Jiménez. Para ello, el personal de las Unidades del Dolor acude a los consultorios a "impartir sesiones docentes", en las que se alecciona a los médicos y enfermeras sobre cómo abordar el tratamiento del dolor crónico.

Así, se les explica en qué consiste la escalera analgésica de la Organización Mundial de la Salud, que establece cómo debe aumentar la intensidad de los fármacos que se administran, comparando cada tipo de medicamentos con escalones que se van subiendo si es necesario. Esta escalera tiene además una barandilla, los coadyuvantes, que se utilizan sobre todo para el dolor neuropático. Además se dan sesiones sobre cada uno de los grandes síndromes dolorosos y sobre el abordaje psicológico del dolor crónico.

Asimismo, las Unidades reciben a los pacientes que son derivados por los centros de salud, bien porque su tratamiento no funciona o es incorrecto. De este modo, cada una atiende cada año a unos 500 pacientes nuevos, a los que se realizan pruebas para tratar de reducir su sufrimiento. "Entendemos que si se puede solucionar el dolor, hay que hacerlo", dice Jiménez.

Así, el objetivo último del Programa Regional del Dolor es poner al alcance de todos los extremeños con dolor crónico "todas las herramientas a nuestro alcance para mitigarlo, desde los medicamentos a la valoración del anestesiólogo para la posible aplicación de tratamientos como las bombas de perfusión, por ejemplo, que administran una dosis de medicación cada cierto tiempo, de forma automática.

FACTOR PSICOLOGICO Pero este objetivo --erradicar o al menos reducir el dolor crónico--, tiene, aparte de las medidas puramente médicas, otro componente fundamental, el psicológico. Y es que la mayoría de los pacientes que viven con dolor acaban sufriendo una depresión o, incluso, perdiendo las ganas de vivir.

Así quedó reflejado en la encuesta Pain in Europe (Dolor en Europa), del 2003, según la cual, el 20% de los pacientes con dolor crónico ha pensado que la "situación era insufrible". Ante este panorama, Jiménez considera que la psicoterapia es indispensable para que se afronte mejor el dolor, mientras que el SES acaba de crear una plaza de psicólogo clínico para el Programa.

Además, Jiménez apunta que ya se está valorando la incorporación de la acupuntura, para lo que se realizará un estudio con la Uex. "Y es que ninguna técnica es descartable cuando se trata de reducir el sufrimiento", sentencia.