Las dos capitales de provincia extremeñas se encuentran entre las que menos impacto ambiental causan sobre sus respectivos entornos. El último informe del Observatorio sobre la Sostenibilidad en España (OSE) revela que la huella ecológica de ambas ciudades --un índice que viene expresado en hectáreas y que es proporcional tanto a la población de una localidad como al consumo de materiales y producción de residuos per cápita de sus habitantes-- está entre las más bajas de país.

De hecho, Cáceres es la capital de provincia española con una mejor sostenibilidad ambiental, ya que sus necesidades suponen solo 1,39 veces la extensión de su termino municipal, mientras que Badajoz es la tercera (2,19 veces). Estas cifras quedan muy lejos de las contabilizadas en otras capitales de provincia, como es el caso de Bilbao, que requiere más de cien veces su término municipal, Cádiz (90,8 veces) o Pamplona (89,3 veces). A pesar de que los datos extremeños estén entre los más positivos del país, no dejan de situarse por encima del índice que sería deseable, que no debería pasar de 1 (recursos disponibles igual a los consumidos).

El que las dos capitales de provincia extremeñas sean más sostenibles que el resto (excepción hecha de Cuenca, que se cuela entre ambas con un índice de 1,68) depende fundamentalmente de dos factores. Por un lado, de la enorme extensión de sus términos municipales. Por otro, de que la huella ecológica media de sus habitantes es menor. Así, mientras que el promedio español ronda las 6,4 hectáreas por habitante, la de Badajoz está en algo menos de 4,8 y la de Cáceres en 4,45.

Si el ámbito de estudio se amplia a las provincias, de nuevo las dos extremeñas son de las que aparecen mejor posicionadas. La de Badajoz presenta un comportamiento casi equilibrado, ya que consume 1,06 veces los recursos de los que dispone. Mejor aun es la situación de Cáceres, ya que consume el equivalente del 98% de sus recursos.

Luis Jiménez, director ejecutivo del OSE, recalca que esta situación da a Extremadura una "oportunidad para hacer bien las cosas desde el principio" a la hora de buscar un mayor crecimiento industrial. "Hay que encontrar atajos hacia la sostenibilidad, no imitar los errores que otros hayan cometido, buscando procesos que sean más competitivos, innovadores y eficientes, pero menos contaminantes", apunta.

EVITAR CATASTOFRISMOS El estudio del OSE pone de manifiesto que todas las capitales españolas consumen recursos por encima de la biocapacidad de sus términos municipales y que algunas de ellas, casos de Madrid, Barcelona, Zaragoza y Bilbao, superan incluso la de toda su provincia. "En ningún caso este informe quiere ser catastrofista --asegura Luis Jiménez--, todo lo contrario. Lo que se hace es poner de manifiesto que hay una falta de planificación integrada entre las dimensiones rurales y urbanas. No puede haber un desarrollo urbano a costa del desarrollo rural".

Otro de los datos más llamativos del estudio es el relativo al planeamiento urbano y la ordenación del territorio, del que se afirma que está "claramente desvinculado" de la necesidad de vivienda. Según este trabajo, en 29 de las cincuenta capitales de provincia estudiadas el terreno de naturaleza urbana creció una media del 39%, lo que supone seis veces más que el aumento poblacional. En algunas ciudades, puntualiza el informe, el crecimiento ha sido "espectacular", como en Murcia, que ha llegado al 216%, o Toledo (135%), mientras que en otras, como Granada, pese a que la población ha decrecido el 2,22%, el terreno urbanizable ha aumentado un 14%.

Dentro de Extremadura, en el caso de Badajoz no se aprecia un incremento del suelo considerado como urbano o urbanizable en el periodo analizado, si bien se destaca que entre los años 1987-2000, el aumento de suelo artificial --se entienden como tal todas las zonas urbanas así como las industriales, comerciales y de transportes-- se incrementó un 49,04%. "Por tanto, destaca la existencia de un fuerte crecimiento de la urbanización en dicho periodo, lo que se puede entender como un crecimiento dentro del Plan General de Ordenación Urbana de 1989, que actualmente está en revisión" (el nuevo se aprobó a fines del2007). Otra muestra del boom inmobiliarioes el incremento delvalor catastral en la capital pacense,que aumentó del 2000 al2005 un 20,62%.

En lo que atañe a Cáceres, tampocose contabiliza un aumentodel suelo de naturaleza urbana,mientras que el artificial se desarrollómuy por debajo del de Badajoz(24,8%). "Por tanto, se ha estancadola expansión urbana,tras el desarrollo en la década anterior.Además, se puede entenderque no exista crecimiento enel periodo debido a la aprobaciónen 1999 del plan general de Cáceresque en la actualidad se encuentraen revisión", resalta el informedel OSE. El valor catastralsubió un 28,67%.

Dentro del análisis del consumode suelo de las capitales deprovincia españolas, el estudio delOSE, subraya que "se aprecia uncambio en los patrones de urbanizaciónen la mayoría de las ciudades,lo que conlleva una fuertetransformación de los modelos urbanos".En este punto, se incide enque se ha pasado de modelos compactos,con crecimientos en manchade aceite a otros claramentefragmentados, que implican unasegregación social, económica yambiental y que se traduce en"una ciudad dispersa y difusa".

Badajoz quedaría incluida entrelas ciudades en las que se estáproduciendo este fenómeno. Encambio, de Cáceres se aseguraque presenta una dinámica decrecimiento muy diferente: "Estemodelo territorial nos muestraun consumo limitado de suelo,manteniendo la ciudad compactatradicional, exceptuando algunosfragmentos urbanos".