Francisco Javier Blanco, médico de Atención Primaria, atiende y seguirá atendiendo a todas las personas que "con o sin papeles, con o sin cita" se acerquen a su consulta de Mérida. Como profesional no ha recibido ninguna directriz al respecto y no sabe lo que pasará a partir del día uno, pero asegura que buscará sus mañas para "sortear las trabas administrativas" y poder ayudar a toda persona que lo necesite. "Soy médico y mi obligación es ver a todos los pacientes, atenderles. Si no lo hago es que me pueden denunciar", insiste.

Cómo burlará al sistema dependerá de las particularidades de cada situación y cada caso concreto. De momento, asegura que nunca se ha visto en esa tesitura, pero su postura es clara. "Si me niego a atender a alguien porque es inmigrante y no tiene papeles y luego resulta que fallece y me piden responsabilidades va a ver el señor Monago a defenderme?", se pregunta tras señalar que "es una estupidez" la idea de que al médico objetor se le descuente de la nómina el coste de la atención a los extranjeros que queden fuera del sistema.

Al igual que sus compañeros, tampoco tendrá problema en recetar. "Otra cosa es que luego, por la decisión política, el paciente tenga que pagar íntegramente esa medicina", explica. En cualquier caso, el doctor Blanco sospecha que no serán muchos los inmigrantes que acudan a su consulta. "Se irán directamente a urgencias y eso va a ser mucho peor, porque irán allí por cualquier cosa y el ahorro que se pretende se transformará en más costes", indica.