Ambling es una consultora de ingeniería especializada en obra hidráulica. Con sede en Plasencia y una plantilla de alrededor de cuarenta trabajadores, tuvieron claro desde el principio el partido que le podían sacar a los drones, con los que trabajan desde hace dos años. «No tuvimos dudas», asegura Raúl Guzmán, director técnico de esta firma, que efectúa proyectos a nivel nacional. «Es un extra que le damos a los clientes. Además del trabajo habitual, le ofrecemos este servicio», añade. Emplean estos aparatos en dos áreas de trabajo: ingeniería y aplicaciones de I+D+i.

Dentro del primero de estos ámbitos, efectúan sobre todo tareas de topografía y de seguimiento de obra. Los drones permiten hacer el trabajo «infinitamente más rápido que la topografía clásica», indica Guzmán, que además destaca la «accesibilidad que ofrecen», ya que hacen posible «llegar a sitios a los que de otra forma no podrías». Emplean esta tecnología en obras hidráulicas: estaciones depuradoras de agua potable o de aguas residuales y en tuberías.

Igualmente, efectúan el estudio de ríos. «Volamos por encima de ellos y simulamos su comportamiento, viendo dónde se inundaría en caso de avenida, por ejemplo».

En cuando a la innovación, precisa, «tenemos varios proyectos concedidos ligados al mundo agrícola». Uno de ellos consiste en incorporar a un dron cámaras hiperespectrales que permitan determinar el grado de maduración de la aceituna. El objetivo es utilizar esa información para optimizar el proceso de elaboración del aceite.