-Cómo la quiere la gente...

-Me siento arropada y respaldada en mi proyecto musical. Eso es siempre de agradecer y es reconfortante sentirte tratada así por gente que a veces es desconocida pero que al final forma parte de tu familia musical.

-Empecemos, si le parece, echando un vistazo a la red social. Oiga lo que dice de su nuevo disco Guillermo Alonso Iriarte: «La caligrafía me fascina: estética, rebosante de asertividad, equilibrada. Intensa, despojada de artificios, vital, desgarradora, sufriendo de desamores y también plena y gozosa por momentos. Cómo solo aquellas personas que rebosan emoción pueden ser capaces de plasmar, en este mundo cada vez más anestesiado... Gracias, una vez más gracias, Chloé. Sin tapujos, gracias. Y siempre gracias además....»

-Lo bonito de haber hecho un crowdfunding es que la gente se siente muy involucrada en este disco y cuando han recibido la recompensa del álbum con alguna camiseta, las letras manuscritas del cd, o el diario de grabación... han hecho fotos al producto, han hablado bien del trabajo y se crea una simbiosis muy bonita. He sido super sincera con ellos, he abierto mi corazón y ellos lo han recibido, me han apoyado y están haciendo promoción de ese proyecto del que se sienten tan parte.

-María Sánchez comenta: «Y su ‘The light in between’ se ha colado por todos mis pedazos. Radiante. Tenéis que haceros con uno y... a brillar...»

-Tanto Guillermo como María son muy amigos míos y siempre es un orgullo que hablen tan bien de ti y de lo que haces.

-La revista ‘Mondosonoro’ publica: «Es técnicamente el tercer álbum de la talentosa artista extremeña. Sin embargo este disco viene de alguna manera a iluminar el legado...»

-Estrenamos el videoclip con ‘Monsonoro’ y, jolín, que un medio tan importante a nivel nacional promocione tu trabajo y tu música siempre es muy satisfactorio.

-«Artistaza», añade Juan Ceballo...

-(Risas). Siiiiii, jo, la gente (se emociona)... La verdad es que he sentido mucho el arrope de todos los que llevan escuchando mi música muchos años, pero ahora como que estaban ahí más presentes.

-«Ya lo he escuchado entero. Mañana la tengo en el estudio para presentarlo. He ‘llorao’. Es un disco: se llama ‘The light in between’ y lo ha hecho Chloé Bird», agrega la periodista Olga Ayuso...

-Olga Ayuso siempre ha estado ahí, al quite de la promoción de mi trabajo y que alguien que tiene el nivel cultural de Olga valore lo que hago es una maravilla.

-Pedro Muñoz nos cuenta: «Escuchar este disco ha sido de las cosas más emocionantes que he sentido últimamente. Será que uno es de lágrima fácil o simplemente que el trabajo bien hecho es lo que tiene. Os recomiendo que le echéis una escucha en cuanto salga».

-Es un ejemplo más de todo ese amor que estoy sintiendo desde que he sacado el disco.

-Carmen Contreras concluye: «No podéis imaginar hasta qué punto se me acaba de iluminar el domingo»

-Es que solo les puedo dar a todos las gracias. A todos y cada uno por haber estado a mi lado en todo este proceso.

-Así queda de sobra definido este disco, pero ¿qué opina usted de él?

-Es un trabajo muy compacto, muy redondo, seguramente el mejor que he hecho hasta ahora. Es una evolución del ‘The darkest corners of my soul’, que salió en 2015, que era más introspectivo, más personal, y aunque en 2017 saqué ‘Un mundo de niños raros’, que era un álbum para público familiar, éste es una continuación del disco de 2015 y una evolución hacia una música más luminosa, con unos tintes más pop, más positivo, más de mirar hacia afuera. Es un disco más colectivo y que no se centra tanto en mi persona sino en mi forma de entender el mundo y la vida.

-Dice que este disco es luminoso. ¿Qué es un viaje hacia la luz?

-Pues un viaje hacia la luz es para mí entender que el mundo no solamente tiene lo bueno y lo malo, lo blanco y lo negro sino que hay un montón de matices en medio, que es lo que le da diferentes calidades a nuestro ciclo vital. El estar iluminado, entre comillas, es entender que la vida tiene buenos y malos momentos, pero que en ese punto intermedio, nuestras dudas, nuestras heridas, nuestros conflictos internos, merece la pena vivirlos y atravesarlos con dignidad y con orgullo.

-¿Es usted una cantante que rompe corsés?

-No lo sé. Depende a qué se refiera uno con corsés. No soy la intérprete más moderna del mundo, desde luego, pero sí que, supongo, si lo comparamos con lo que se ha hecho tradicionalmente en esta región, creo que es una apuesta novedosa. E incluso a nivel nacional pienso que también tengo algo que decir en el panorama musical.

-¿Qué cuenta en sus canciones?

-De todo. Me gusta hablar de muchos temas y muy diferentes. Este disco es más una visión del mundo, de cómo funcionan las relaciones humanas del poder, las contradicciones que tenemos en nuestra vida, la imagen que queremos reflejar y lo que realmente somos, de cómo va cambiando nuestra visión del mundo a lo largo de los años. Lo cierto es que en este disco hablo muy poco de amor, que es como el tema favorito de todos los compositores. Y eso es algo de lo que me siento orgullosa, de haber sido capaz de crear 14 canciones, no con los temas más habituales que se tratan en las canciones.

-Vayámonos al origen de todo. ¿Có-mo fue su infancia?

-Una infancia muy tranquila, muy feliz, con muchas actividades, porque aparte del colegio, iba al conservatorio, a estudiar piano y ballet, hacía danza clásica también, pero aún así me las apañaba para tener tiempo para jugar, que era mi actividad favorita. Recuerdo la infancia con mucho cariño, porque me crié aquí en Cáceres, una ciudad muy tranquila y muy cómoda para criarse

-¿Por qué es Chloé Bird?

-Me gustaba lo que simbolizaban los pájaros. Tenía que elegir un nombre para las redes sociales, no me apetecía poner los apellidos, si bien Chloé es mi nombre verdadero, el Bird simbolizaba esa libertad, ese vuelo, ese no tener miedo a las alturas. Y como la mayoría de las canciones que compongo las compongo en inglés, me parecía adecuado ponerlo en inglés.

-Es verdad que canta en inglés, también en francés (el idioma de su madre) y en castellano (el idioma de su padre). ¿Por qué lo hace?

-Siempre defiendo que el idioma universal es la música, da igual en qué idioma esté cantado. Entiendo que el inglés es un idioma en el que me siento muy cómoda, en el que soy capaz de ser muy flexible a la hora de componer, a la hora de jugar. Al no ser mi lengua de origen tengo una relación más creativa con él que con el castellano. El francés, para mí, es un idioma preciosísimo que me gustaría dominar mejor de lo que lo hago y, a la vez, honrar esas raíces francesas que tengo. Y por supuesto, el castellano es mi idioma y me siento muy a gusto también cantando en castellano. Para mí, cantar en esos tres idiomas, aunque predomine el inglés, es precisamente esa defensa de lo que comentaba antes, de que da igual el idioma en el que esté cantada la música, porque al final es música y lo que te llega es el todo, no es solamente la letra.

-Y fíjese qué contradicciones, la música, como usted dice, es universal y sin embargo vivimos en un mundo que está lleno de fronteras...

-Sí, es una situación terrible la que vivimos. Supuestamente nos gusta llamarnos países desarrollados, del primer mundo, y cometemos verdaderas atrocidades. Dejamos a gente fuera que no tiene ninguna culpa de haber nacido en un país con una situación de conflicto bélico. Parece que nos olvidamos de todos aquellos españoles que tuvieron que emigrar a Francia, a Alemania hace no tanto tiempo. Se nos olvida cuando se trata de acoger a otras personas, pero espero que algún día la inmigración sea un tema que deje de estar en boca de todos, y que quede en el pasado. Si la gente quiere irse de su hogar, llevarse a su familia y buscarse una nueva vida en otro país que sea por voluntad propia y no porque no tenga más remedio.

-Habla de Cáceres, la ciudad donde nació y donde, hoy, ya no hay salas de música; las están cerrando...

-Sí, en Cáceres y en muchos puntos de la región. Es una pena como usuaria de esas salas y como persona que se sube a los escenarios, no poder disfrutar ni tener esa opción de ocio y de cultura. Olvidamos la importancia de las iniciativas privadas y de la oferta cultural que promueve ese tipo de locales. Ahora hay gente que va a ir a la cárcel por haber hecho conciertos o por, supuestamente, haber hecho ruido. No entro en los detalles del conflicto porque tampoco los conozco, pero sí que me sale de ojo que un hostelero tenga que cumplir condena por haber intentado mejorar la cultura y el ocio de su ciudad.

-Hemos hablado de los inmigrantes y del cierre de las salas de música. ¿Usted acabará emigrando?

-Vengo de familia de emigrantes. Mis abuelos se fueron a Francia a buscar una vida mejor huyendo de los años de posguerra y mi madre, que nació en Francia, volvió para España. Mi hermano se tuvo que ir también al extranjero... Yo todavía he tenido la suerte de no tener que marcharme por obligación ni por otros motivos. Desde Cáceres tenemos un entorno privilegiado que nos permite viajar y conocer otros países y otros lugares, pero de momento no he sentido esa urgencia ni esa necesidad de tener que irme, espero no tener que hacerlo. Nunca se sabe, si es para ir mejor yo estaría encantada y si es porque aquí no soy capaz de vivir de lo que hago, ya estaría menos feliz.

-Cantante y mujer. ¿Qué opina de las cuotas?

-Es un tema controvertido, sin duda. Tristemente son necesarias para obligar a visibilizar algo que muchas veces queda escondido, y es que somos un 50% de la población y que no ocupamos el 50% de nada, salvo de las tareas del hogar, eso sí lo cumplimos a la perfección (risas). A mí me da mucha rabia que surjan las cuotas, algo que obligue, porque debería ser simplemente quien esté más preparado. Ahora me llama mucho la atención que el 50% de la población no estemos preparadas para desempeñar determinadas funciones. Ojalá llegue el día en que no sean necesarias las cuotas y que a nadie se le pase por la cabeza contratar a alguien por ser mujer u hombre, sino por estar preparados de forma igualitaria y por tener todos las mismas oportunidades y los mismos derechos.

-Defina el concepto patria...

-Para mí mi patria es mi casa y las personas a las que quiero. ¿A nivel político? Me da mucho igual el concepto patria. Deberíamos dejar a un lado nacionalismos y sentirnos ciudadanos del mundo. Da igual el pedacito de tierra que ocupamos porque al final vivimos en un planeta que es global y que lo que yo haga ayudará y repercutirá en el de más arriba y en el de más abajo. Da igual que sea español, americano, africano o de Bangladés. Nos hace faltar tener ese concepto más global, más de ayuda comunitaria, más de planeta tierra, que habitamos todos el mismo planeta, que los recursos son limitados. A mí me dan igual las nacionalidades, no creo en ellas. Me siento muy orgullosa de haber nacido donde he nacido, claro que sí, me encanta Extremadura, considero que es una tierra preciosa. No sé si estoy como muy orgullosa de ser española, bueno, pues sí, de sus gentes, de sus paisajes, de lo que nos hace españoles, esa calidez humana, pero a mí me dan igual las banderas, me dan igual los partidos políticos. Es algo en lo que no quiero entrar y no entraré jamás porque no lo siento como mío. Al final no hay más que ambición y transmisión de poder y egos. La vida está para otras cosas. (Me van a colgar, dice casi susurrando con una sonrisa)

-Es cierto, estamos en un momento político convulso, con dimisiones de ministros...

-Sí, por lo menos estos dimiten.

-Esta semana la ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha negado haber llamado maricón al ministro de Interior, Grande Marlaska...

-¿Ah síiiii?, de eso no me había enterado.

- ¿Vivimos en un país de hipócritas?

-Una vez leía que somos el país de la picaresca. La historia del Lazarillo de Tormes se escribió en España y no fue en vano. Nos quejamos mucho de la corrupción, pero si podemos robar una pastilla de jabón en un hotel todos lo hacemos. Creo que nadie se salva de ese egoísmo que al final es la semilla de la corrupción, de decir: «mientras yo me salve, qué más da los demás». Y eso supongo que nos hace hipócritas, pero no sé si es algo español exclusivamente. El mundo es bastante hipócrita, no solo España.

-Entretanto, no somos capaces de acabar con el hambre en el mundo, con la trata de mujeres y niños o con el desempleo...

-No interesa. No es cuestión de vender humo, a todos nos costaría renunciar a muchas cosas de nuestra vida para que otros estuvieran mejor. Renunciar a las vacaciones, a los restaurantes, a tomar una cerveza, o tener un coche o una tele más pequeña. Todos tenemos parte de culpa y todos somos algo hipócritas en este mundo que nos ha tocado vivir: el mundo del más fuerte, del que tiene más dinero es el más poderoso y tristemente nos hemos criado en el capitalismo y todos aspiramos a ser megaricos o tener una megacasa.

-Mis favoritas son la 2 y la 4...

-Cambiando así radicalmente de tema (ríe a carcajadas). Para mí mis canciones son todas como mis hijitos y me es muy complicado elegir y quedarme con una. En este disco, quizá la 8 y la 9, ‘The end of the masquerade’ y ‘Julia’, pero es que en realidad me gustan todas y no podría decir la que menos me gusta.