Las tácticas políticas, siempre que estén dentro del juego democrático, son perfectamente válidas. Pedro Acedo, alcalde de Mérida, es un lince en tácticas electorales. Ya lo demostró para ser presidente regional del PP contra el mismísimo presidente del Sendo, Juan Ignacio Barrero, que, aunque perdió, supo dirigir la derrota hasta el punto que fue como una victoria. Al final, Barrero dejó el Senado y la presidencia regional del PP.

Las últimas elecciones municipales han demostrado que su victoria es fruto de las tácticas políticas. Barrero estaba en Localia animando a la victoria del PP y posteriormente abrazando a Pedro Acedo por su triunfo. ¿Porqué? Ambos se necesitan y Acedo sigue con sus tácticas que tanto fruto le han dado.

Juan Manuel Romera y María Jesús Checa han servido para derrotar al PSOE. Y Acedo lo sabía. Divide y vencerás. Es lo que ha hecho. Y ha ganado. La debacle de IU estaba cantada, todas las encuestas lo daban.

Los análisis se pueden hacer de muchas y diferentes maneras pero al final lo que cuenta es como en el fútbol: el gol.

Barrer, lo que se llama barrer, sin apelativos, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Ha quedado KO a Carlos Floriano, que cuando se levante de la lona se encontrará con Pedro Acedo, Miguel Celdrán y José María Saponi y algún otro peso pesado. Después del verano irán a por su cabeza, el tronco y las extremidades. Ha sacado dos diputados menos que Barrero y lo defenestraron por no ganar a Ibarra, las consecuencias ya se saben, perder y a la empresa privada o a casa: a elegir. Pedro Acedo ya piensa en su nuevo consejo de gobierno. El pueblo siempre lleva razón por lo tanto enhorabuena a Pedro Acedo, que por muy poco, por poquísimo, sigue siendo alcalde, pero continúa y eso ya nadie se lo puede discutir. Un concejal en la euforia de la noche electoral, con una copa en la mano y a modo de brindis dijo cuando llegó Acedo: ¡Viva el futuro presidente de la Junta de Extremadura!