Puso música al spot de la campaña de promoción turística Extremely Good y quedó enamorado del entorno de grabación. El próximo sábado, el inventor del soul afromeño presenta su nuevo disco That Place by the Thing With the Cool Name en Mérida.

--¿Qué se puede adelantar de ese trabajo?

--Es una colección de canciones en las que inevitablemente me salen estilos de cosas que me gustan: de música afroamericana, blues, jazz, música funky y música caribeña y cubana. Algunas de Africa y también de Brasil... He bebido de muchas fuentes y de ahí saco mi propia agua embotellada.

--¿Qué diferencia hay entre este y los discos anteriores?

--Pues que está hecho durante los dos últimos años con todo lo que ello conlleva de las circunstancias que vivimos. Con respecto a la música hay menos presencia de trompetas ya que no he trabajado con mi trompetista favorito por problemas de salud, pero por lo general hay música muy soulera de la que me gusta.

--¿Pero se nota evolución?

--Hombre, tengo un poco de menos pelo y más canas (ríe), y algo de mi evolución personal se tiene que impregnar en las cosas que hago. Lo que sí es verdad es que el denominador común de mis discos son algunos de los músicos con los que trabajo, especialmente mi bajista de cabecera Alvaro Fernández, y Rafa Prieto, un guitarrista emeritense afincado en Badajoz. Tengo la suerte de tocar con los mejores del mundo.

--¿Por qué ha pasado tanto tiempo desde el último disco hasta ahora?

--Es una mezcla de varios factores, principalmente de que no tiene mucho sentido sacar discos cuando no se venden. La gente ha perdido un poco la costumbre, aunque tengo la fortuna de que aún hay gente que tiene una discográfica que me sigue sacando discos en esta época en la que aunque seas una super estrella mundial se vende muy poquito.

--¿Hay solución para esto, para aumentar la venta de discos?

--No creo que se pueda volver a los viejos tiempos porque tenemos unas circunstancias tecnológicas diferentes a las de los 90. Todo pasa un poco por intentar elevar en general el nivel cultural de la gente para que pueda apreciar y saborear cosas que le gustan, porque seguro que hay cosas que no conocemos y cuando las descubrimos nos apasionan. Y valorar la música en sí. Que la gente cambie la manera de ver todo.