La reforma del mercado de Calatrava está cada vez más cerca. El delegado de Urbanismo, Rafael España, confirma que la actuación se licitará "seguro" antes de finales de año para que las obras puedan iniciarse en el 2017 y que el edificio quede acondicionado en esta legislatura. Las segundas elecciones y el retraso en la aprobación de los presupuestos municipales han dilatado el proceso --se preveía que saliera a concurso en el primer semestre del año--, pero el concejal asegura que "la idea se mantiene" y de hecho afirma que los pliegos técnicos están prácticamente terminados. La inversión total para la adecuación del edificio dependerá de las ofertas que se presenten, pero según los cálculos del edil se moverá entre los 2,5 y los tres millones de euros.

La intención del consistorio es "hacer un lavado de cara integral al edificio para que invite a entrar a la gente", y para ello se ha optado por una fórmula mixta que una el mercado tradicional y gourmet con bares y restaurantes incluidos. Actualmente la ocupación del mercado de Calatrava apenas ronda el 30% y el inmueble se encuentra en pésimas condiciones, pues la última reforma se llevó a cabo en 1983. En los últimos años no han faltado ideas pero sí presupuesto, lo que ha impedido potenciar el atractivo del mercado y también mejorar sus condiciones de salubridad o limpieza. Por ello en esta ocasión el ayuntamiento optará por la concesión privada, dada la alta inversión que se requiere y la falta de fondos en las arcas públicas.

PLIEGOS TERMINADOS La Delegación de Urbanismo tiene ya los pliegos prácticamente terminados en base al proyecto elaborado en la etapa de Angel Calle. Tras el retraso en la aprobación del presupuesto municipal, se espera lanzar el concurso en el segundo semestre de este año. Si todo marcha según lo previsto las obras arrancarían el 2017 con un periodo de ejecución de dos años, por lo que el proyecto finalizaría en el 2019.

Para la explotación se apostará por una fórmula mixta con mercado tradicional y gourmet que incluya además establecimientos de restauración y bares, algo parecido al mercado de San Miguel de Madrid o La Lonja del Barranco de Sevilla. Pese a la reforma, el edificio mantendrá su mítica fachada y los elementos ornamentales del interior. Con este proyecto, además de poner en valor un edificio histórico y singular, se quiere potenciar el pequeño comercio del centro.