Félix Palma renunció ayer a su cargo como delegado de Patrimonio Arqueológico, Cooperación y Migraciones y la corporación municipal liberó a una concejala más que será, precisamente, quien tomó posesión durante el día de ayer para suplir esta baja: María del Pilar Amor Molina. De esta manera, ya son 10 los delegados que se dedicarán de forma exclusiva a su trabajo institucional.

La ley no obliga a renunciar a un cargo público en caso de ostentar dos a la vez, pero la normativa interna del PSOE sí. Palma seguirá ejerciendo como director del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, por lo que ha tenido que abandonar su puesto de concejal debido a la incompatibilidad que planteaba esta legislación socialista.

Estos fueron los puntos más importantes tratados durante el pleno que se desarrolló en el día de ayer, pero hubo uno donde la polémica fue especialmente señalada. El gobierno socialista decidió rescatar a la banda municipal de la ciudad emeritense que desapareció en 2017 debido a los excesivos costes que ocasionaba (unos 100.000 euros). Esta recuperación se producirá a través de una subvención de 30.000 euros otorgada a la Asociación Músico Cultural Banda de Música de Mérida que no solo desempeñará una función didáctica y cultural, sino también educativa.

Sin embargo, el grupo de Unidas por Mérida liderado por Álvaro Vázquez protestó contra esta decisión alegando que no puede ser una subvención si hay una contraprestación, ya que, en el futuro, esta agrupación tocaría en jornadas señaladas como el día de la mártir santa Eulalia. A pesar de sus votos en contra, la medida fue aprobada finalmente gracias a la mayoría absoluta del PSOE con las abstenciones de Vox, PP y Ciudadanos.