Llegados a cierta edad, a veces nos damos cuenta de lo rápido que el tiempo se nos escurre entre los dedos de la memoria. Es lo que me ha sucedido al recibir la invitación para escribir sobre el 95 aniversario de El Periódico Extremadura.

Desde entonces también han pasado muchas cosas: En la región, acontecimientos tan importantes como una victoria del PP; en nuestro Periódico, el desembarco del Grupo Zeta que entonces nos aportó grandes esperanzas de futuro.

Hasta que llegó ese momento, en muchas ocasiones llegué a

pensar que, a pesar de la ilusión

con la que abordamos la

elaboración del recordatorio de

aquel aniversario, a nuestro

Periódico le pasaría como a las personas que trabajábamos en él:

que a los 65 años tendría que «jubilarse». Afortunadamente no fue así y, pese a las dificultades, esta cabecera tan querida sigue viva.

En estos 30 años las circunstancias han cambiado

mucho para los medios de comunicación en general, y nuestro Periódico no es una excepción. Y digo «nuestro» porque, pese al tiempo transcurrido desde que dejé de trabajar en él, mi paso por «El Extremadura» lo consideraré

mientras viva como uno de los momentos profesionales más importantes de mi carrera.

También de los más enriquecedores, precisamente por las dificultades que debimos sortear, tanto yo como el fenomenal equipo profesional y humano que me acompañó en aquella hermosa aventura; muchos de ellos ya desaparecidos.

Decía que las circunstancias han cambiado, provocando una crisis global sin precedentes en los medios. Especialmente en los escritos, que

han tenido que cambiar sus estrategias atropellados por los avances tecnológicos, aunque no

es solo eso. Los «sesudos» analistas suelen echarle toda la culpa de la actual situación a la aparición de Internet y a la crisis. Siendo verdad ambas cosas, no lo es menos que

uno y otra han cambiado mucho la relación de los ciudadanos con los medios de comunicación. Por ofrecernos información en tiempo real. Y GRATIS.

No es menos cierto que

muchos medios no han sabido adaptarse a las nuevas circunstancias, ni satisfacer las demandas de sus lectores que, ante el aluvión de noticias planetarias sin mucha relación con su mundo más cercano, se refugian en la información de su pueblo o ciudad. De ahí el éxito de las Crónicas. Renovarse o morir.

Para ilustrar lo que digo,

y terminar, contaré mi caso concreto. Hace algunos años dejé de comprar el periódico. Sin embargo, cada día dedico unos minutos de mi tiempo a leer El Periódico Extremadura en Internet para conocer las noticias de mi tierra. De verdad. k