El presidente del Gobierno, José María Aznar, visitó Badajoz el 7 de noviembre, con el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y sus ministros de Fomento y de Medio Ambiente, Alvarez Cascos y Jaume Matas, respectivamente, para inaugurar el nuevo sistema de abastecimiento de agua para Badajoz y su entorno. El proyecto, realizado por la sociedad estatal Hidroguadiana, con una inversión de 53 millones de euros, se considera uno de los más importantes de la ciudad en los últimos años, al garantizar el suministro a 250.000 personas en las próximas décadas.

El sistema cuenta con una nueva conducción desde la presa de Villar del Rey hasta la depuradora de aguas potables de Santa Engracia, en la capital pacense, y una red de distribución con dos anillos, uno interior de 8,5 kilómetros para reforzar y garantizar el suministro a la ciudad, conectando barriadas y urbanizaciones, y otro de 42,6 para llegar a 11 poblados y pueblos de Vegas Bajas.

DEPOSITOS

También contempló la construcción de dos nuevos depósitos, en el Cerro El Bote, de 20.000 metros cúbicos de capacidad cada uno, conectados a los cuatro de la Luneta por otra conducción de 9 kilómetros.

El presidente Aznar agradeció el apoyo de la Comunidad al Plan Hidrológico Nacional, que invierte en la región 1.166 millones de euros y con el 47% de las obras iniciadas. Y el presidente Ibarra, haciéndose eco de un clamor popular, planteó al jefe del Ejecutivo de la nación que dado que la obra la pagó Hidroguadiana, estaba seguro de que se reduciría el canon de infraestructuras del recibo del agua para los pacenses.

Este hecho fue objeto de una nueva polémica en la ciudad, al desvelar el grupo socialista que parte de las obras del Plan Director del Infraestructuras de Aqualia , concesionaria del servicio, llevaban por dos veces el IVA y en algún caso, tres. Lo que, sin embargo, negó el alcalde y el concejal de Aguas, así como descartaron que se fuese a rebajar el citado canon de infraestructuras.

OTRAS OBRAS

Asimismo, Badajoz estrenó la plaza de España reformada, convertida en peatonal en su mayor parte, y con una vía para vehículos que bordea todo el entorno de la catedral, ahora libre; el párquing construido por la Asociación de Comerciantes de la calle Menacho y adyacentes en el baluarte de Santiago, y otro subterráneo con una plaza en superficie, edificios de apartamentos, de servicios y el futuro Museo de la Ciudad en la calle Montesinos.