La última metedura de pata de Celia Villalobos no ha dejado indiferente a Alfredo Aguilera y su twit reprimiendo a su compañera de filas se ha convertido en trending topic y ha situado a Aguilera como el único político del Partido Popular de este país que abiertamente ha puesto a los pies de los caballos a la intocable Celia . La vicepresidenta del Congreso, la única que repite en la mesa con respecto a la anterior legislatura, valoró la semana pasada el peinado de su señoría el diputado de Podemos Alberto Rodríguez: "A mí que un diputado de Podemos, o que fuera del Partido Popular o de donde fuera, lleve rastas me da igual. Yo tengo sobrinos y familiares y chavales que tienen rastas... A mí con que las lleven limpias para que no me peguen un piojo, me parece perfecto", aseguró Villalobos durante su intervención en el programa de TVE La Mañana de Mariló Montero.

"Alguien debería explicarle a Celia Villalobos que esas declaraciones son impropias de una diputada y nos perjudican mucho", se apresuró a contestar en la redes sociales el alcalde de Malpartida de Cáceres y también portavoz del PP en la diputación, que dio un importante tirón de orejas a la dirigente popular y se convirtió en trending topic con 3.500 visualizaciones y 3.800 interacciones en Twitter y decenas de Me Gustas en su muro de Faceboock, muchos de ellos de compañeros de su propio partido. Igualmente, elplural.com también alabó el gesto de Aguilera y dijo esto: "Pero el miedo, o 'el respeto', que le tienen en la dirección del PP a 'la Villalobos' no es un virus que afecte a lo que se ve a todos, todos, todos los cargos 'populares'... Al menos hay una aldea que se resiste independiente. El alcalde de Malpartida de Cáceres, en la provincia de Cáceres, ha tenido el coraje de decir lo evidente: lo que dijo es impropio de una política y dan una imagen un tanto 'piojosa' del PP".

Ayer, en declaraciones a este diario, Aguilera dijo que contestó a Villalobos porque "lo siento, por una cuestión de impotencia, porque somos muchos en este partido los que estamos rompiéndonos la cara para demostrar que somos gente moderna y que no pertenecemos a un partido rancio, de derechas y clasista. Con estas declaraciones de Villalobos nuestro trabajo del día a día se tira por tierra. Ella, que fue un verso suelto, sale ahora con esta gracieta", asevera.

Villalobos, con su comentario, puso en tela de juicio a Alberto Rodríguez, de 33 años, hijo de una maestra y un electricista, técnico Superior en Química Ambiental que trabaja como operador en una refinería de petróleo. Diputado de Podemos en el Congreso, número uno por Santa Cruz de Tenerife (94.785 votos), que hasta que a la ciudadanía (y a sus compañeros de trabajo) le empiece a sonar su nombre, será "el diputado de las rastas". Su fotografía desfilando por delante del escaño del presidente del Gobierno en funciones parece que no gustó a Villalobos, pero aquí, en Malpartida, ya estaba Aguilera para defender que a la gente, en ningún caso, se la debe juzgar por su peinado.