NACIO EN ARANDA DE DUERO HACE 24 AÑOS, PERO LLEVA VIVIENDO 21 EN CACERES, POR LO QUE SE CONSIDERA DE LA CIUDAD.

OCUPACION ES APAREJADOR E INTERIORISTA. A LA FOTOGRAFIA SE ACERCO POR AFICION Y ES AUTODIDACATA. AHORA PRESENTA SU COLECCION ´INSTANTES´.

Su novia y sus amigos tuvieron que convencer a Alberto Miguel Palomo para que expusiera sus fotos. Gracias a ello sus instantáneas pueden admirarse hasta el 17 de octubre en el bar María Mandiles. En las paredes cuelgan Instantes de su vida, de un año en el que cambió su modo de ver el mundo.

--¿Cómo es su trabajo?

--No es fotografía tratada. Todos los fotógrafos retocan. Y a mí eso me parece ensuciar la foto. Yo quería una exposición sin flash, sin retoque. Mis fotos de la cámara a la exposición. No hay trampa.

--Pero algunas parecen pasadas por el Photoshop?

--Me están volviendo loco, estoy cansado de repetir que no hay retoque. Alguna vez en el bar le he tenido que decir que sí a alguno un poco borracho, para que me deje tranquilo.

--¿Desde cuándo hace fotos?

--Empecé en mi comunión, cuando me regalaron una cámara fotográfica que me gustaba mucho, y desde entonces fui ahorrando dinero y comprando cámaras hasta que he conseguido una reflex que me gustaba. No hecho ningún curso. Soy autodidacta.

--¿Vive de esto?

--Soy aparejador e interiorista. Mucha gente prefiere gastarse 300 o 400 euros en una réplica de alguien famoso antes que en un original de un desconocido. El fin de esta exposición es mostrar mis trabajos.

--¿Dónde están los escenarios de su exposición?

--Muchas fotos son de Salamanca. Allí pasé un año estudiando diseño. Soy aparejador y este sector se rige por unas reglas... El mundo del diseño cambió mi modo de ver las cosas.

--¿Prepara mucho sus clics?

--Yo no voy buscando. Soy un fotógrafo de parón . Si veo algo que me llama la atención, me paro, saco la cámara como un loco y hago la foto. Aunque algunas necesitan más preparación que un simple clic.