THtace unos días pasé por el ayuntamiento. "Buenas. Quiero hablar con el concejal de baches, chapuzas y parches". Muy indignado, me contestó. "Oiga, ciudadano. Aquí no existe esa concejalía". Le mostré una página del periódico. "Mire lo que dice aquí. Según la oposición en San Francisco, en obispo Ciriaco-". Sonrió irónicamente. "¡ La oposición! Pero hombre de Dios, ¿cómo se le ocurre a usted hacer caso de lo que dice la oposición? Mas le valiera fiarse de lo que dice nuestro gobierno".

Puesto que yo quería conocer de primera mano la opinión de nuestro gobierno le pregunté dónde encontraría al concejal correspondiente que, suponía yo, sería el de obras. "De obras nada, eso pertenece al pasado. Es el concejal de Fomento y va a tener difícil encontrarlo porque estará visitando las obras y son tantas que lo mismo está en Mejostilla que en Valdesalor".

Al fin le encontré en la Avenida Virgen de la Montaña. Estaba contando la rajas horizontales, las verticales, las rectas, las curvas, las quebradas, los baches, los agujeros- En fin, que tiene tajo. " Hombre, Jorge. ¿Qué, fomentando?" "Menos cachondeito, eh? Por si no te has enterado te diré que hemos llevado a cabo 923 trabajos en las calles de la ciudad". Debe ser verdad, aunque el personal no lo haya notado. "¿No has notado que hemos arreglado las calles de tu barrio? Habíamos heredado cinco mil baches, nueve mil chapuzas y otros tantos parches. Pues todo eso se ha solucionado. Y menos mal que no hay socavones".

Caminamos calle arriba mientras impartía órdenes. "Ese bache... ese parche... ese sumidero... ese imbornal..." Yo intenté colaborar: "Esa baldosa", porque a mi las baldosas traicioneras, además de agua de lluvia en su caso, me dan repelús, y si las cuentan deben superar el millón. Me cedió el paso en una obra. Hizo un guiño: "Lo de las baldosas va para largo porque...". Se cortó y como tardaba en contestar miré atrás y escuché su voz que salía de un socavón en el que había caído: "...no tenemos presupuesto". Llamé rápido al 112.