Para el comisario provincial, Luis Ochagavía, en la provincia no existen zonas peligrosas. Los barrios de Aldea Moret en la capital cacereña y de San Lázaro en Plasencia no pueden considerarse peligrosos, a pesar de que tengan una mayor incidencia de delincuencia. Según las estadísticas, en Cáceres capital se dan unas 20 infracciones por cada mil habitantes en un año y en Plasencia unas 28. Precisamente por estos datos la provincia está considerada como una de las más seguras de todo el país y de Europa.

Los delitos más relevantes son sobre todo hurtos y pequeños robos. Sin embargo durante los ocho años en los que la comisaría ha estado dirigida por Luis Ochagavía también ha habido importantes operaciones contra el tráfico de drogas. Entre ellas una que se desarrolló hace tres años en la capital cacereña. Denominada ‘El Pardillo’, en ella se detuvo a doce personas y se intervinino una decena de vehículos de alta gama que aún permanecen aparcados en las inmediaciones de la comisaría. Vendían cocaína, hachís y marihuana. También otra operación en Plasencia desarrollada en el 2014, en la que se incautaron de casi tres kilos de heroína. Otros casos importantes que recuerda Ochagavía fue la detención a un joven por corrupción de menores (condenado a 77 años por delitos contra 20 niños), casos de pornografía infantil y el asesinato de un hijo a sus padres en Residencial Gredos (fue condenado a 38 de años de prisión).

falta personal / Para el comisario provincial falta personal en la Policía Nacional. Actualmente tiene unos 190 policías en activo, pero esa cifra debería estar por encima de los 230. «La ley establece mínimos para cualquier población. Tenemos que tener una oficina de denuncia abierta las 24 horas del día y hay que proveerla de gente, una sala de comunicaciones del 091 las 24 horas, servicios para traslados de prisión al hospital y al juzgado, cuatro vehículos en la calle (la ley establece un vehículo cada 25.000 habitantes), una brigada de policía judicial, otra de policía científica,... Después, si el índice de delincuencia es muy elevado, se potencian algunos servicios. Por ejemplo, Mérida, que es una ciudad más pequeña que Cáceres, tiene prácticamente la misma plantilla que Cáceres, Allí el índice de criminalidad ha sido siempre más elevado y además está la Junta de Extremadura y la Asamblea y hay que prestar los servicios de seguridad», asegura Luis Ochagavía.

El principal problema actualmente es que ha desaparecido la figura del policía de segunda actividad, ahora solo queda uno de los 27 que había en 2012. «Había muchos servicios que se hacían con personal de segunda actividad. Esos 27 puestos que cubría antes con gente no operativa ahora los tengo que cubrir con gente sí operativa», añade. A esto se suma el reconocimiento de la jornada laboral, que complica la situación. «Ahora requerimos un 10% de personal más para cubrir los puestos que antes de la jornada laboral», añade el comisario provincial Luis Ochagavía.