Libros, documentos..., en definitivas fondos diocesanos y parroquiales, desde el siglo XV a la actualidad, en número de cientos, miles, o quizás más. De incalculable valor histórico unos, otros económico, y todos de incalculable interés para investigadores y estudiosos agrupa y custodia el archivo eclesiástico de la Diócesis de Coria-Cáceres, que desde el pasado martes dispone de nuevas dependencias, más amplias, cómodas y seguras.

Destaca el delegado diocesano de medios de comunicación, Jesús Moreno, que la Diócesis de Coria-Cáceres, a través de sus sucesivos obispos y responsables de archivos, ha tenido siempre presente esta máxima: "Reunir, conservar y difundir su documentación al servicio de la investigación histórica, creando un espacio para la difusión cultural", lo que ha mantenido desde que allá por finales de los 50 o principios de los 60 se creara su actual archivo diocesano.

Esto ocurrió pocos años después de que la Diócesis de Coria, por Bula del Papa Pío XII, pasara el 9 de abril del año 1957 a denominarse Diócesis de Coria-Cáceres.

Con posterioridad a este hecho se concreta, pues, la creación del actual archivo diocesano, trasladándose parte del fondo documental diocesano del Palacio Episcopal de Coria al Palacio Episcopal de Cáceres donde, con el fin de darle contenido, se concentraron en él los fondos parroquiales, anteriores a 1900, de todas las parroquias de la Diócesis. Con ello "se pretendía recuperar documentación de parroquias que estaban en mal estado para una mejor conservación y custodia, pero también facilitar el acceso a las personas que quisieran consultar dicha documentación".

Casi medio siglo

Las primeras transferencias se realizaron entre los años 1966 y 1972 por el archivero Pedro Rubio Merino, que realizó el inventario de los fondos y de la sección del fondo diocesano que se había transferido.

Trece años después, en 1985, se inicia la realización de las segundas transferencias de fondos parroquiales, ordenándose e integrándose en el fondo creado, y el traslado definitivo de la documentación diocesana que todavía quedaba en el antiguo Palacio Episcopal de Coria. Estos procesos se prolongarían hasta el año 1990.

El pasado martes, tras casi medio siglo ocupando las instalaciones a él destinadas en el Palacio Episcopal de Cáceres, los documentos y todo el contenido del archivo diocesano se dejaron ver en unas nuevas dependencias, las que a partir de ahora ocupan en el Seminario.

Eran unas nuevas instalaciones, más amplias, cómodas y seguras, que se necesitaban, pues el archivo diocesano, y con él todos sus fondos, han estado siempre abiertos y a disposición de todos, y eran, han sido y seguirán siendo muchos los que acceden a ellos. Pero aunque siempre han sido muchos, sus responsables reconocen que fue con la implantación en Cáceres de la Facultad de Filosofía y Letras cuando su uso se extendió con las numerosas y constantes consultas de profesores y alumnos, principalmente de las especialidades de historia moderna y de historia del arte, "que encuentran en las series parroquiales una fuente histórica primordial para sus estudios de demografía, sociedad, economía y arte, para sus trabajos de investigación".