El fútbol volvió a servir ayer para ganarle un partido al olvido y luchar por la esperanza de los 42 niños rusos que serán acogidos el próximo verano por familias cacereñas. La iniciativa de la asociación Todos Somos Niños, con sede en Talavera de la Reina, reunió a cerca de un millar de espectadores --casi los habituales de un encuentro oficial-- en el estadio Príncipe Felipe en una tarde espléndida para la práctica del deporte rey. Al final del encuentro, alrededor de 6.000 euros de recaudación que se destinarán a este programa solidario y victoria del Club Polideportivo Cacereño, con jugadores del filial, juvenil y primer equipo, por seis goles a cero sobre la Asociación Deportiva Sagrada Cena, equipo de la ciudad que milita en el grupo primero de la Regional Preferente y que entrena Chinto, exjugador del equipo verde.
El encuentro, que compartieron en el palco la alcaldesa, Carmen Heras, y el presidente del Cacereño, Antonio Martínez Buzo, sirvió de entrenamiento de lujo para los verdes ante los decisivos compromisos de la recta final de liga. Para el equipo de la Sagrada Cena, que ocupa la zona media de la tabla, fue toda una prueba de fuego ante un rival de categoría superior.
Tras el encuentro, satisfacción en los organizadores del evento deportivo por la respuesta del público y el espectáculo que ofrecieron ambos conjuntos. Manuel Rey, presidente de la AD Sagrada Cena, mostró su alegría porque la convocatoria hubiera servido también para difundir el trabajo de la asociación de acogida. Restó importancia al resultado y destacó que "todos habían contribuido a meter un gol por los niños rusos". Rey agradeció el apoyo prestado por el CP Cacereño, el ayuntamiento, Cruz Roja y DYA, además de las empresas colaboradoras. "Ha sido mejor de lo que esperábamos. Nunca se sabe cómo va a responder el público", subrayó.
Con edades de 9 a 14 años, los niños serán acogidos en distintas localidades de la provincia. A Rusia pronto les llegará la noticia de que han ganado el primer partido: el de quienes se aferran a la esperanza de que nunca serán olvidados.
